miércoles, 19 de agosto de 2015

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La creación de la Universidad Nacional de Río  Cuarto comprendió   una serie de sucesos  concadenados,  planificados por un grupo de personas  que luchaban para que la ciudad y la región  contaran con una casa de altos estudios y así dieran posibilidades de lograr una carrera superior a tantos jóvenes de esta amplia zona del país  y otras provincias. 

Los antecedentes de esta creación se pueden tomar a partir  del año 1969  cuando la pujante ciudad de Río Cuarto contaba con 88000 habitantes siendo rodeada de una rica región agrícola ganadera convertida en su motor de influencia y progreso; por aquellos años  se  anhelaba fervorosamente  contar con una casa de altos estudios  que diera posibilidades a la juventud  de cursar  carreras superiores vinculadas  con el potencial de la región  sin que tenga que concurrir a otros centros universitarios los cuales estaban superpoblados de estudiantes y resultaban distantes. 

La lucha por la nueva universidad  creo discrepancias  con dirigentes radicales de la ciudad que se opusieron; ademas creo muchas expectativas  con relación al futuro de la "Universidad del Centro" que funcionaba en la ciudad como una institución privada, la cual fue pionera y precursora de enseñanza superior que ya venía desarrollando sus actividades       desde hacia algunos años, pero presentaba problemas económicos 
graves por falta de apoyo y financiación, además no era una universidad preparada para cumplir con amplitud todas las demandas de la región para formar nuevos profesionales. 

Los opositores a este nuevo emprendimiento criticaban con dureza  que el mismo estaba siendo gestionado ante un gobierno de facto y se debía  peticionar ante la dictadura militar,  lo cual no resultaba  procedente y lo consideraban una vergüenza desde el punto de vista republicano. Pero mas allá de estas criticas tan urticantes, como en gran medida incorrectas,  por el modo agresivo en que se las planteaba ante varios medios de prensa,  la idea de aquellos hombres impulsores de esta nueva casa de altos estudios, era  "lograr el objetivo" más allá de quien estuviese gobernando  el país.

Río Cuarto debía tener su Universidad Nacional  y   ese era el gran objetivo a alcanzar  pese a que muchos políticos se incomodaran. 

También se entendía claramente que peticionar no significaba apoyar a un gobierno de facto. Río Cuarto peticionaba una casa de altos estudios porque precisaba  para su desarrollo y su progreso una educación superior asistida por la nación.    




 Del libro “Las Fechas del Imperio”   (Walter Bonetto “” 2da. edición 2010)

1 de mayo de 1971: Visita la ciudad de Río Cuarto el Presidente Provisional de la Nación, General Alejandro Agustín Lanusse. Concurre a un multitudinario acto frente al Palacio Municipal, y en este lugar al frente de unas 10.000 personas firma la ley  19.020 en donde promulga la creación de  la Universidad Nacional de Río Cuarto  dentro de un programa de adecuación de la enseñanza universitaria a las necesidades del desarrollo y como respuesta a un fuerte movimiento social, tanto local como regional que permitió la más grande conquista cultural de la región. Este acto se transmitía en vivo por LRA Radio Nacional a todo el país. Su creación fue un hito trascendente en el que participaron todos los sectores sociales de la comunidad local y regional con esfuerzo tenaz. Representa un típico ejemplo de gestión comunitaria, porque fue un logro de hombres e instituciones movilizados con objetivos claros y gran madurez colectiva, hecho que ha constituido el sello distintivo de su génesis. La Universidad desarrolla su acción dentro del régimen de autonomía y autarquía que le concede la legislación vigente. Tiene su asiento y gobierno en la ciudad de Río Cuarto. Las actividades académicas y administrativas están centralizadas en las cómodas instalaciones del campus universitario, de 165 hectáreas, distante 6 kms. del centro de la ciudad y en 1445 has. de campos de experimentación y de prácticas culturales diversas.  (Pag Web UNRC)

3 de enero de 1972:  Comienza a funcionar oficialmente la Universidad Nacional de Río Cuarto.

26 de enero de 1972:  El Dr. Saul Uvaldo Rife, asume como  Rector de la Universidad nacional de Río Cuarto.




Facsímil del acta constitutiva de la Comisión Fundadora
de la Universidad nacional de Río Cuarto







Las fechas mas importantes de la creación

Agosto de 1969    El Intendente de la ciudad de Río Cuarto recibe  una copia del proyecto del Dr. Alberto Taquini (h) sobre “Adecuamiento de la Enseñanza Universitaria Argentina a las necesidades del desarrollo”, que contemplaba la creación en Río Cuarto de una Universidad Nacional.  Esta documentación la recibe en manos del  Vicecomodoro Raul  Boheler  que era edecán aeronáutico del Presidente de la Nación (Genreal Ongania)  Boheler era oriundo de Río Cuarto razón por la cual tuvo el gesto de acercar esta información  que se la entregó al intendente Renato De Marco, junto con el libro del Dr. Taquini  en donde proponía las nuevas universidades pampeanas.   

18 septiembre 1969   El Doctor Alberto Taquini (h) autor del plan Nuevas universidades  visita la ciudad de Río Cuarto en donde expone su proyecto en el Teatro Municipal  con una sala totalmente colmada.

14 octubre 1969  Integrantes de la Comisión Organizadora se reunen en Cordoba con el Gobernador, Ingeniero Roberto Huerta concurren el Escribano Norberto Fantin, Ingeniero Alberto Luchini, Sr. Miguel Zabala, Sr. Norman Anders y el Sr. Jorge Arriague. Le informan al gobernadoe el  "Plan Taquini" y le piden apoyo.  

23 octubre 1969  Se reúnen en Córdoba con el Doctor Alberto Taquini,  el Sr Jorge Arriague, y el Escribano Humberto Aguilar, quienes los recibe el Gobernador Huerta y el Dr. Taquini, expone su plan para crear una universidad en la ciudad de Río Cuarto. 

11 noviembre 1969    Plan demostración que organiza el Sr. Víctor Yoma,  junto al resto de la comisión Pro Universidad  primera gran convocatoria popular  en Río Cuarto. donde concurrieron mas de diez mil personas para dar la bienvenida al gobernador de Córdoba Ing. Huerta 

17 noviembre 1969   Se lo visita al Vicecomodoro Boheler, en la Casa de Gobierno y se le entrega fotografías y documentación de  lo que fue el evento del día 11 en Río Cuarto, donde unas diez mil personas le peticionaban al gobernador  de la provincia el apoyo por la creación de Universidad Nacional. A esta  reunión en Buenos Aires concurren  el Doctor Alberto Taquini, y Víctor Yoma.

2-diciembre 1969  Se reúnen en la ciudad de Córdoba el Dr. Taquini y el Ing. Luchini, con el Rector de la Universidad Nacional de Córdoba  para informar y buscar apoyo sobre la creación de la Universidad Nacional en Río Cuarto.

2 diciembre 1969  El Dr.Alberto Taquini, se reúne en Córdoba con  el Ingeniero Alberto Luchini y el Sr. Víctor Yoma.

8 dicienbre 1969  Reunión en Buenos Aires con el Teniente Coronel Boasso con el Sr.Jorge Arriague

17 diciembre 1969 Reunión en Buenos Aires del Intendente Renato De Marco con el  Ministro de Bienestar Social Dr.Carlos Consigle  y el Dr. Alberto Taquini.
    
23 diciembre 1969 Reunión en Buenos Aires con el Ministro de Educación Dr.Dardo Perez Guilhou, General Eduardo Señorans (SIDE), Ministro Dr. Carlos Consigle, en donde participa una delegacion de Río Cuarto para tratar el tema de la Universidad estando presentes:  Ing. Alberto Luchini, Dr. Ricardo Martorelli, Sr. Victor Yoma, Padre Miguel Aristimiñu, Sr. Nestor Rojo, Sr, Jorge Harriague, Sr. José Pesce Sr. Víctor Dama, Sr. Luis Raúl Roca, Sr. Eduardo Astorga, Dr. Ever Barbero, Dr. Enrique Novo, Sr.Eliseo Sanchez  y Escribano Humberto Aguilar.      

18 abril 1970  El Presidente de facto de la República, General Juan Carlos Onganía, visita la ciudad de Río Cuarto para rendir homenaje al General Lucio V. Mansilla al cumplirse el centenario de la Excursión a los Indios Ranqueles y da un anuncio en la Plaza Olmos desde los ventanales de la municipalidad, mencionando que Río Cuarto iba a tener Universidad. 

26 abril 1970  La "Junta de Acción Política de la Unión Cívica Radical"  saca una extensa nota en el Diario EL PUEBLO  de la ciudad de Río Cuarto,  en donde desaprueba  en términos muy contundentes  la visita del Presidente de facto a Río Cuarto, General Ongania  y ataca a quienes gestionan ante el gobierno militar  la creación de una universidad nacional indicando que "la visita del presidente deja un sabor amargo de humillación y vergüenza"

5 octubre 1970  Integrantes de la Comisión Pro Universidad  viajan a Buenos Aires y se entrevistan con el Ministro del Interior Guillardi  Novaro. Investigaban la versión no confirmada  de que el la  próxima reunión de Rectores de Universidades Nacionales que se realizaba en Buenos Aires tenían la idea de descartar el requerimiento de la UNRC y archivarlo, por lo tanto la Comisión Pro Universidad estaba muy preocupada y atenta.

15 octubre  1970   Este día al mediodía el Ingeniero Huerta Gobernador de Córdoba nos llama por teléfono desde Buenos Aires nos informa y nos confirma  que dentro de cuatro días, el lunes 19 el Concejo de Rectores de las Universidades Nacionales no daría lugar al requerimiento de la gente de Río Cuarto y archivaría el proyecto.  El Ing. Huerta le insistía a Víctor Yoma,  que tenían que moverse muy rápidamente "Lo que no hagan en estos días para sostener el proyecto no lo podrán hacer jamas..." 
Ante esta situación se convocó con carácter de urgente  una reunión en la intendencia municipal de la ciudad de Río Cuarto en donde se decide realizar el "Operativo Relámpago" 

16 octubre 1970  "Operativo Relámpago"  Fue un esfuerzo mayor para llegar  con urgencia a los rectores de las Universidades del país con propósito de pedirles el apoyo para la universidad local y que no descartaran la universidad de Río Cuarto.  Al amanecer partieron tres aviones del Aero Club Río Cuarto a distintos puntos del país, para que miembros de la Comisión Fundadora de la UNRC  entrevistaran a todos los rectores de las universidades nacionales quienes en dos días se reunían en Buenos Aires  y se conocía que descartarían el proyecto de  la Universidad de Río Cuarto. A cada uno de ellos se les informó detalladamente sobre el objetivo de la nueva creación, se le entregó un legajo de documentación relacionada y se les pidió el apoyo.Fue una operación exitosa.se visitaron simultáneamente  las Universidades  de Cordoba, Santa Fé, Rosario, Mendoza, Olavarria y Buenos Aires.  

26 enero 1971 La Comisión Pro Universidad pide audiencia y es recibida por el Presidente de  facto, General Marcelo Levington,  que tenía como propósito pedir que se sacara la ley  de creación de la universidad. Fue una larga audiencia en el despacho presidencial. El presidente hizo llamar al Secretario de Asuntos Universitarios, Dr. Fermin Mignone , dado que el Ministro de Educación estaba en España. Levington le dio instrucciones precisas al Secretario de finiquitar el tramite porque ya se había cumplimentado con todos los estudios.     

30 marzo 1971   Reunión en Buenos Aires con el Ministro José Luis Cantini, Ing. Emilio Hardoy y el Dr. Emilio Mignone en donde desde el Ministerio de Educación de la Nación se da en privado el anuncio oficial de la pronta creación de la  UNRC. Concurrieron a esta reunión el Ingeniero Alberto Luchini, Victor Yoma y Jorge Harriague. 

19 abril  1971  Reunión en la Casa de Gobierno en Buenos Aires con el Sr. Edgardo Sajón, en donde se adelanta la visita presidencial a Río Cuarta vinculada con la creación de la Universidad Nacional. Concurren  a esta reunión el Ingeniero  Alberto Luchini, Dr. Ever Barbero, Sr. Jorge Harriague y el Sr. Víctor Yoma. 

26 abril 1971  Por el inminente arribo del Presidente de la República, citan a la casa de gobierno al Ingeniero Alberto Luchini  quien se reúne con los generales Enciso y Panullo para coordinar detalles  de la visita del Presidente a Río Cuarto.

1 mayo 1971 Arribo a Río Cuarto del Presidente de la República General Lanusse quien es recibido por las autoridades y mas de diez mil ciudadanos en Plaza Olmos, lugar donde firma la Ley 19120 de creación de la UNRC . Todo este  acto fue trasmitido desde  Río Cuarto a todo el país por LRA1 Radio Nacional.  

21 agosto 1971 Se desarrolla en el Teatro Municipal de la ciudad de Río Cuarto una "Asamblea Publica de Instituciones" en donde asistieron 143 delegados representando a instituciones de la ciudad y de la zona para tratar el tema de la Universidad, estos delegados apoyan con fervor y unanimidad la labor realizada por la comisión Pro Universidad y apoyan que todos sus integrantes integren la Comisión organizadora.  








11 de noviembre de 1969 Emotivo acto en Plaza Olmos llamado "Plan de Demostración I" 
-el cual fue redactado por el Señor Víctor Yoma de la Comisión Fundadora-
Este acto contó con la presencia de  diez mil  personas. Fue  organizado por la
Comisión Pro Universidad para solicitar apoyo al gobierno de la provincia.
 En el centro el Gobernador Ing. Roberto Huerta. Intendente Ing. Renato De Marco.



7 de enero de 1970  Intendentes de la región , empresarios, sindicalistas,
 asociaciones vecinales, comerciantes, agropecuarios... todos en apoyo a peticionar 
por la Universidad para Río Cuarto (Foto gentileza del Sr. Víctor Yoma)







11 de noviembre de 1969  Vista parcial de Plaza Olmos con la concurrencia de unas diez mil personas
que peticionaron su apoyo ante el Gobernador Ing. Roberto Huerta.



18 de septiembre de 1969  El Dr. Alberto Taquini (h)  autor del plan nuevas Universidades;
 llegaban a Río Cuarto junto al Dr. Enrique Urgoyti y eran recibido por el Intendente Ing. Renato De Marco.


18 de septiembre de 1969 Rumbo al Teatro Municipal  para escuchar al Dr. Taquini
quien disertará sobre el Plan de Nuevas Universidades para el país, incluida la de Río Cuarto



El día en que el Dr. Taquini  expuso su proyecto en el Teatro Municipal  el cual estaba colmado de personas,  fue todo un acontecimiento  que marcó el inicio del Movimiento Pro Universidad el cual motorizó a la comunidad regional  tras un objetivo de alta trascendencia. 

La Municipalidad de Río Cuarto había creado una comisión  de recepcion  al doctor Taquini  que fue integrada por el Escribano Alberto Fantin, el Ing. Alberto Luchini y el Sr. Miguel Zabala, quienes luego fueron activos integrantes del Movimiento Pro Universidad, poniendo  en la gestión su vocación  y su capacidad con alto sentido de su calificado aporte a la gran empresa, merito que la comunidad hoy les reconoce y valora.   

Veintidos años después  en su libro "Cronica de la Creacion De la UNRC" el doctor Ricardo Martorelli dice: "El nombre y la figura del doctor Alberto C. Taquini (h) ha pasado a constituir algo así como el alma mater de la UNRC , pero ademas su inspiración y su lucha  marcan una etapa  en la política educacional argentina, especialmente de nivel universitario, a partir de la cual comienza a procurarse la integración de las universidades con su región y la Nación, dentro de una sociedad de cambio, que debe alcanzar la plenitud de su desarrollo y definir su propia fisonomía en el contexto socioeconomico  cultural latinoamericano. 

La visita del Dr. Taquini  fue iniciativa de la Comision Especial integrada  para talo efecto formada por el Escribano Ernesto fantin, el Ing. Alberto Luchini,  el Escrivano Humberto Aguilar y los estudiantes Jorge Harriague y Eduardo Mugnaini , actuando como secretario el Sr. Miguel Zabala.

Este grupo de riocuartenses, con el apoyo del ingeniero Renaro De Marco, transmitieron a la ciudad  el mensaje recibido  de parte del edecan del Presidente de la Nación  Comodoro Raúl Boheler y cave señalar que supieron hacerlo, al punto que la iniciativa  se convitió en una verdadera causa  por la que la región se encolumnó con la decisión propia de los pueblos  que tienen clara noción de los objetivos superiores y luchan por alcanzarlos.






Nota de agradecimiento del Intendente Municipal de Río Cuarto al Vicecomodoro de la Fuerza Aerea Raul Boeheler, quien  tuvo amplia participación  para que se lograra en Río Cuarto una Universidad Nacional. Era el Edecan del Presidente Onganía y era también un hombre nacido en Río Cuarto. Fue quien efectuó el vínculo entre el Dr. Taquini, el intendente Renato De Marco y el Presidente Ongania, para encaminar la gestación de la nueva universidad. 









Anuncio del diario EL PUEBLO   de Río Cuarto, el sábado 18 de abril de 1970
 sobre la visita del General Ongania quien  era Presidente de Facto de Argentina, 
despertó muchas inquietudes y tuvo distintas  miradas, muchas de ellas muy criticas.
en especial de un sector del radicalismo local  pero en general se impuso la aceptación
  y el apoyo por parte de la ciudad y región  para que se formara 
la Universidad Nacional de Río Cuarto.  



Domingo 18 de abril de 1970
Ongania da un anuncio optimista sobre la creación de la nueva Universidad  desde 
las ventanas abiertas del palacio municipal  hablándole a una plaza colmada de gente.






El Comité Radical  en desacuerdo con la visita del Presidente levanto su Voz.



Diario EL PUEBLO,  domingo 26 de abril de 1970
Junta de Acción Política de la Unión Cívica Radical  (Río Cuarto)

AL PUEBLO DE RIO CUARTO:  Un sabor amargo de humillación y de vergüenza ha dejado en el alma de la ciudadanía riocuartense la reciente visita del general Ongania, del séquito nutrido y oneroso de altos funcionarios que hasta el momento lo acompañan en su función gubernativa . Sentimiento de humillación y vergüenza porque el espectáculo brindado a la ciudad y al país por los organizadores del homenaje al jefe del gobierno de facto , no tiene precedente en los cuatro años de usurpación armada  que soporta el pueblo argentino. Por primera vez en algún sitio del vasto territorio de la República se a regimentado a un sector de la ciudadanía para aplaudir a la dictadura  en la persona del jefe que la encarna. Por primera vez pareciera haber sido rota en el país esa infranqueable barrera de indiferencia popular que circunda al elenco gobernante como un signo silencioso de repudio.

El sitio elegido a sido Río cuarto, precisamente una de las ciudades argentinas de mas limpia tradición democrática y de mas insobornable altivez ciudadana. Por eso el lamentable acontecimiento reclama un examen, un esclarecimiento y una protesta que deje a salvo el honor de Río Cuarto y restablezca su bien ganado prestigio de patria de hombres libres. Con la autoridad que depara una larga militancia al servicio de las libertades argentinas y una honrosa actuación pública perfectamente cocida de cuantos han cumplido su deber de ciudadanos participando en la vida política de la ciudad que amamos, los radicales de Río Cuarto asumimos otra vez esa tarea . no podemos permitir que nuestro silencio confirme la falsa imagen que, a través de todos los medios de información masiva utilizados por la propaganda oficial, el país pueda hacerse  de la realidad política  y espiritual de nuestro pueblo.  

Por otra parte no necesitamos documentar aquí nuestra adhesión de siempre al hondo anhelo colectivo que quiere una Universidad Nacional en Río Cuarto porque ya lo está en los anales parlamentarios de la República. En el ámbito riocuartense todo el mundo sabe que diputados de la Unión Cívica radical fueron los primeros en presentar la gran iniciativa en la Camara de Diputados de la Nación, la bandera que ahora sirve de pretexto a los servidores de la dictadura, para allegar una apariencia de calor popular a la tremenda orfandad en que se debate el régimen de junio, fue originariamente y sigue siendo una bandera radical. No es culpa nuestra que manos indecorosas la levantan ahora en espurio homenaje y si tras ellas se encolumnan los arribistas de costumbre, lo que van a prosternarse  ante el único que puede dar, como reza el lema groseramente utilitario que prevalece en los sectores del partidismo local; y tampoco será, felizmente, culpa nuestra si tanta humillación termina por conmover al dictador hasta el punto de provocar un acto de gracia que satisfaga, aparentemente, el viejo anhelo de un insólito supuesto que comprometía irrevocablemente al radicalismo a recuperar el engendro de la hora de la libertad, para los nobles de la causa de la democracia la justicia y la dignidad riocuartense. Rendir pleitesia por el reclamo de una Universidad a un régimen que es la negación de la cultura y que ha sido ejecutor impecable de la persecución, estudiantes y profesores autor responsable del limitacionismo discriminatorio  para nuestra juventud, necesariamente es un acto repudiable de servilismo.

Es que al amparo de simulaciones y de golpes de audacia, favorecidos hoy mas que nunca por el clima de autoritarismo y anti democracia impuesto por el golpe militar de junio, se han apoderado de los comandos sociales de la ciudad un conjunto de elementos del todo ajeno a la noble tradición ciudadana de Río Cuarto. Solo su vos se escucha ahora en el silencio forzado de la ciudadanía, pródigamente difundida por todos los canales de la publicidad. sin mas títulos que su audacia ni mas representatividad que su descaro  que han erigido en motores de la ciudad y defensores del interés publico.

Entre esos elementos cuentan todos los adeptos al eunuquismo político, siempre dispuestos a embarcarse en cualquier empresa contra la libertad cuando vislumbran la posibilidad de una ventaja personal, en prosperidad económica o en notoriedad social. Allí están los que invocan como un merito la bellaquería de su apolitisismo, al amparo de cuyo pabellon pretenden hacer pasar la sucia mercancía de sus incofesadas apetencias. y con ellos también los que, con excepción de los económicos, nunca han profesado lealtad a ningún orden de valor para estar siempre en condiciones de adaptarse a todos los climas institucionales. Sobre todo, aquellos que puedan satisfacer mejor su oscuro resentimiento contra la fina sensibilidad popular que intuye siempre en ellos a los servidores natos de cualquier despotismo.

Invocando un mandato que nadie le ha conferido y que jamás  habrían obtenido de sus conciudadanos, esos elementos se han dado a la tarea de comprometer con su oficiosidad melosa el honor de la ciudad, sin importarles nada el precio que esta tendrá que pagar en la señada moneda de su acervo espiritual y cívico. se han convertido en los eternos suplicantes, en los infatigables conductores de bullangueras caravanas de pordioseros de la gracia oficial, en los cazadores de audiencias fortuitas, cronometradas al segundo en cualquier rincón de las dependencias de palacios, pero en las cuales nunca deja de quedar algún girón de la dignidad riocuartense.   Personeros de entidades, nacidas algunas con mas alto designio, pero que ahora parecen organizadas ex-profeso para institucionalizar la mendicidad, concurren diariamente a los despachos oficiales a implorar la benevolencia de los usurpadores para satisfacción de necesidades colectivas que Río Cuarto tiene el indiscutible derecho de exigir. Como nunca han practicado la democracia ignoran que la única manera digna de pedir es la que presupone el articulo 14 de la Constitución Nacional, es decir el ejercicio pleno del derecho ciudadano, no la súplica reverente ni la sumisa obsecuencia de un esclavo. 

Esos sectores son los que han organizado el homenaje a Ongania,  naturalmente planificado y supervisado por las autoridades locales, ansiosas de brindar al jefe máximo  y a su delegado en Córdoba una recepción que asegurara su permanencia en las funciones municipales que detentan. El éxito podría lograrse, sobretodo cuando se dispone del manejo incontrolado de los dineros públicos, del monopolio de los medios masivos de información y de una falta de escrúpulos para tergiversar las intenciones inspiradoras del acto. 

Podría perdonarse sin embargo  a los gestores de la gran manifestación  si en ella no hubieran comprometido mas de su problemático prestigio personal. Lo que no tiene perdón, es la miseria de haber instrumentado el fervor y el entusiasmo de la juventud riocuartense,  movilizada  en pos de un ideal tan noble como el de la Universidad Nacional, para hacerlos servir a finalidades subalternas incompatibles con la innata generosidad de las mentes juveniles. No  puede perdonarse a quienes han explotado la ingenua buena fe de nuestros muchachos para iniciarlos en las despersonalizadas experiencias de  las aclamaciones multitudinarias.

Tenemos la seguridad de que las toxinas totalitarias no han contaminado el alma de nuestra juventud, pero la gravedad del intento corruptor merece la mas acerva condenación. Por eso levantamos nuestra indignada protesta y prevenimos al país que Río cuarto, la autentica Río Cuarto de la briosa tradición de altivez democrática, nada ha perdido de sus características históricas pese a la desvergüenza vocinglera de los que pretenden actuar en su nombre y a la desaprensión de los habilidosos fabricantes de homenajes. Río Cuarto sigue siendo infinitamente mejor  que los advenedizos y metecos que ahora la gobiernan, y cuentan con las suficientes energías para rescatar su espíritu  y preservar la herencia de virilidad y de dignidad cívica  que recibimos de nuestros antepasados.     

Omega V. Petrazzini. Jorge J. Cendoya,  Fernando Hugo Mauhum,  Conrado Hugo Storani,  Lucas Espinosa  Arribillaga,  Dr. francisco Amuchástegui,  Rodolfo Perez,  Cesar Balbo,  Dr. Guillermo Emma, Tomas Peiretti,  Dr. Luis Berguero,  Esc. Norberto Spertino,  José Osvaldo Travaglia, Esc. Raul A. Gallegos,  Ignacio Rizzo Patron,  Carlos Boldrini, Dr. Alberto j. Prone. Carlos Conti, Enrique Gregotti,  Dr, José Obdulio Flores,  Pascual Z. Ramires,  Juan Luis Zapico, Lorenzo Berardo, Gerardo  Stecco,  Andres Berardo,   Francisco Esnaola, Dr. Julio Rodolfo Martínez,   Romualdo Spertino, Enrique Berreta, Carlos D`Andrea,  Ernesto Olivatto,  Fernado Briones,  Alberto Fernández, Tomas Ponzone,  Roberto Foglino, Alberto Fernandez (h),  Hugo Amiri,  Hipólito R. Irusta,  Rafael Hárrington,  Luis N. Segre, Benjamin  San Millan,  Aldo Storani.              
     

El Dr. Taquini le agradece las gestiones al  Vicecomodoro Raúl Boheler






1º de mayo de 1971 
Visita del Presidente de la Nación, Teniente General  Alejandro Agustín Lanuse, 
es recibido por las autoridades en la plataforma de vuelo del Taller Regional Río IV 
para luego venir a  Plaza Olmos, cumpliendo el compromiso tomado en relación
 al "Plan Demostracion  III",  donde firma la ley 19020 , vinculada a la  creación 
 de la Universidad Nacional de Río Cuarto, primer Universidad del Plan Taquini.
 En la plaza estaban presente  más de diez mil personas  de la ciudad y región. 













8 de Julio de 1971, esto es en salón Blanco de la Municipalidad de Río Cuarto,  se efectúa las aperturas de
las propuestas para el concurso publico de ofertas en donación del Campus para instalar la UNRC  habiendo sido adjudicada a la "Sucesión Remo Re"  quien dona 100 hectáreas en donde se construyó campus. Se encuentran presentes en este acto los integrantes de la Comisión Fundadora  de la Universidad presididos por el Ingeniero Alberto Lucchini, Sr. Nestor Rojo, Esc. Humberto Aguilar, Sr. Osvaldo Collosa,Sr,. Eliseo Sanchez, Dr. Ever Barbero, Esc. Remedi, Sr. Jorge Harriague,  Dr. Enrique Novo,
 Sr. Raul Rocha y el  Sr. Victor Yoma que está dando lectura del acta. 









La creación de la Universidad Nacional de Río cuarto  
 (Dr. Ricardo Martorelli)
                           Foto tomada en la Universidad Nacional  de Buenos Aires  el 23 de diciembre de 1969,  antes de entrar a la audiencia con el Ministro de Educación de la Nación Dr. Dardo Perez Ghilou , quien fue uno de los mas férreos opositores al proyecto de la UNRC  
Observamos  (de derecha a izquierda)
               Sr. Víctor Yoma . Parado Dr. Enrique Urgoiti colaborador del Dr Taquini. Dr. Sadi Rife. Sr. Jorge Arriague. Sr Luis Raul Roca. Sr. Nestor Rojo delegado CGT.  

   
Próxima a cumplir treinta años de fructífera existencia, se puede afirmar que la creación de la Universidad Nacional ha sido el acontecimiento de mayor significación en la vida de nuestro Río Cuarto, a tal punto que llega a marcar el comienzo de la etapa más decisiva de su desarrollo integral, por las extraordinarias proyecciones que ha tenido en el campo cultural, científico y técnico, como así también en el orden económico y en los aspectos sociales y políticos.
Ostentando un evidente perfil de ciudad universitaria que día a día va cobrando mayor jerarquía, hoy podemos palpar los efectos dinamizantes que el funcionamiento de una casa de altos estudios de su nivel debía producir, lógicamente, en todas las actividades locales y de la extensa región de su enclave. 
Es natural entonces que sea de sumo interés estudiar, conocer y valorar los antecedentes de su nacimiento y los entretelones de los hechos que determinaron su fundación, que de ninguna manera fueron accidentales no coyunturales. Por el contrario, la creación de la UNRC es la resultante de la eclosión de un estado de conciencia colectiva, reflejado en un movimiento comunitario de características singulares que por su fuerza, su organicidad y la claridad de sus propósitos pudo lograr un final exitoso. 
Sin pecar de excesivo localismo, en una valoración retrospectiva, los sucesos que produjeron la instalación de la Universidad Nacional se pueden considerar, en su conjunto, las acciones de una verdadera “revolución cultural y educacional” de aquel Río Cuarto de los años sesenta y setenta. 
Su signo distintivo fue el protagonismo de los jóvenes provenientes de todos los sectores y principalmente del campo estudiantil, que se movilizaron espontáneamente brindándole a la gesta, en la etapa de culminación, una tónica especial, llena de algarabía y entusiasmo, pero no exenta de firmeza y decisión en el reclamo, que en una sucesión de acciones cumplidas en el término de pocos meses (finales del año 1969 y principios del 70) invadió calles y plazas con sus cánticos y pancartas, o colmó escenarios tradicionales como el Teatro Municipal en asambleas bulliciosas. Fueron manifestaciones jubilosas, exentas de la frialdad de los actos políticos partidistas, que esgrimieron como única consigna reivindicatoria la creación de una Universidad Nacional en Río Cuarto. 
A estos grupos juveniles se sumaron todos los demás sectores de la vida ciudadana, porque participaron tanto las organizaciones empresariales como las sindicales y profesionales, y también, las instituciones culturales, deportivas, educacionales y de servicios. O sea que el reclamo fue unánime y nadie quedó excluido del emprendimiento 
El nacimiento de la Universidad Nacional de Río Cuarto fue, por tanto, muy distinto del que tuvieron las universidad tradicionales del país existentes por entonces. En efecto, tanto la creación de la Universidad de Córdoba, como la de Buenos Aires, la del Litoral, la de La Plata o la de Tucumán, fueron el producto de la decisión de organizaciones religiosas o de grupos políticos impulsores del progreso, que se movieron en su tiempo en función de los reclamos culturales y políticos de la época y del lugar. 
La nuestra nació como consecuencia de una movilización de la comunidad que traducía una madurez cultural que se fue gestando en Río Cuarto en forma lenta y progresiva hasta llegar a ese estallido, que por momentos adquiere las modalidades de la insurgencia en razón de la pujanza y la amplitud de la demanda comienza a evidenciar. 
Hay que reconocer, en la etapa previa a la creación de la Universidad Nacional de Río cuarto, la existencia de una serie de antecedentes que en su momento han marcado jalones valiosos que nos permiten explicar ese reclamo perentorio de la población, destinada a obtener la instalación de una Universidad Nacional en nuestro medio. 
En el historial de Río Cuarto hemos tenido algunos ejemplos muy demostrativos de experiencias culturales que llegaron a adquirir tal relevancia que pueden ser consideradas, por su proyección, verdaderas “universidades” populares locales, porque contribuyeron decisivamente a crear ese microclima cultural excepcional reconocido por propios y extraños, que ha sido siempre una nota distintiva en la vida riocuartense. 
La más antigua de estas experiencias es la que ha desarrollado y aún desarrolla con vigor la Biblioteca Popular Mariano Moreno, fundada en el año 1873, convertida con el andar de los tiempos en un auténtico centro de irradiación cultural, equiparable a cualquier casa de altos estudios en cuanto a la difusión y promoción del saber y la cultura. Bastaría para certificarlo recordar los centenares de conferencias, cursos y cursillos de todo tipo que en ella se han cumplido: literatura, filosofía, arte, ciencias, entre otros. Valga como muestra el cursillo de Introducción a la Filosofía que desarrollara en el año 1955 el Profesor Vicente Fatone, para tener una idea aproximada del nivel cultural del accionar de esta institución y de su extraordinaria labor llevada a cabo en forma continuada y sin claudicaciones a lo largo del tiempo. 
La segunda iniciativa, que merece recordarse como un valioso antecedente de cultura superior al alcance de todos, se dio en Río Cuarto cuando comenzó sus actividades, en el año 1953, la llamada Barraca Trapalanda, con su famoso local de la esquina de Constitución y Buenos Aires. Fue una experiencia inédita de divulgación de las artes, las ciencias y las letras como nunca se había logrado en nuestro medio, porque llegó en forma directa a todos los ámbitos de la ciudad que de esta forma la sintieron como una viviencia propia, encarnada en su cuerpo social. La ubicación estratégica de la Barraca, en plena Plaza Central, en el camino de la tradicional “vuelta del perro”, que habitualmente se cumplía todas las tardes, produjo el milagro de que jóvenes y adultos, de todos los sectores sociales, se asomaron al local y disfrutaran de las renovadas exposiciones artísticas, disertaciones literarias y científicas de los mejores representantes de la cultura vernácula y de todo el país. 
La publicación de una revista que tuvo el mismo nombre “Trapalanda. Artes – Ciencias – Letras” completó la proyección de su accionar a un nivel nacional, mereciendo múltiples elogios por la alta calidad de los trabajos que en ella se registraron. 
La tercera experiencia, que debe consignarse como uno de loa antecedentes más importantes de nuestra Universidad Nacional, fue la protagonizada por la inquietud de un grupo de docentes de nuestro medio que promovió la creación de una universidad de orden privado, que funcionó con la denominación de Universidad del Centro y que, en su momento, llenó ese vacío que existía en Río Cuarto en materia de enseñanza superior. La desidia y el abandono oficial quedó en parte superada por este proyecto privado que apoyó con entusiasmo la comunidad y sus instituciones. El tiempo demostraría más tarde todas las dificultades de una empresa de esa naturaleza cuando no cuenta con el respaldo necesario. 
Como es fácil deducir, el clima preexistente era propicio, y lo que ocurrió en Río Cuarto aquel 1º de Mayo de 1971, cuando se definió la fundación de la Universidad Nacional, no puede considerarse un suceso desvinculado de tales antecedentes. Sin embargo, para ser más completos y equitativos en la enunciación de los hechos precursores, tendremos que agregar otros que también tuvieron importante gravitación y contribuyeron a la gestación de ese clima y de esa conciencia comunitaria que hemos mencionado. 
Por ejemplo, la creación del Instituto de Cultura de la Ciudad de Río Cuarto, por Ordenanza Municipal del año 1958, que representó en esa época la coordinación y promoción de la actividad de todas las organizaciones culturales existentes. Fue un ensayo valioso, que dejó un saldo muy positivo, reincorporando el viejo Teatro Municipal totalmente remodelado como centro de una labor artística y cultural intensiva. 
Vinieron poco después las gestiones ante el rectorado de la Universidad Nacional de Córdoba, realizadas en el año 1959, tendientes a lograr la creación de una Facultad de Agronomía y Veterinaria en Río Cuarto, como una dependencia de dicha casa de altos estudios. Luego, también en el año 1959, la fundación del Instituto Superior de Ciencias por un grupo de docentes del medio. Más tarde, en 1961, el Bachillerato Agrotécnico, transformado después en Escuela de Agronomía que aún continúa en funcionamiento. 
Todos son precedentes que deben sumarse al cúmulo de factores que contribuyeron a plasmar un ambiente apropiado que dio origen e impulso a un estado de conciencia colectiva  que fue madurando progresivamente, para dar lugar al fenómeno singular de una movilización total de la población a través de sus organizaciones e instituciones estudiantiles, docentes, vecinales, empresariales, sindicales, profesionales, culturales, deportivas, de servicios, etc... 
Participaron 92 entidades e instituciones de nuestro medio y de algunas localidades vecinas, que nombraron un total de 151 delegados o representantes, los cuales designaron en asamblea pública lo que se denominó Comisión Pro-Universidad Nacional en Río Cuarto, que fue la encargada de todas las gestiones del caso . Se luchó sin claudicaciones, sin deserciones y sin concesiones hasta que se alcanzó el propósito perseguido. 
Este protagonismo de toda la comunidad de Río Cuarto en la creación de su Universidad Nacional, le ha dado a la misma un sello distintivo, porque son pocas las Universidades argentinas que pueden exhibir como la nuestra, un grado de presencia comunitaria y de vinculación con el medio tan llamativa e intensiva. 
Este rasgo que la singulariza y distingue deberá afianzarse día a día, para que llegue a convertirse en una verdadera tradición que nos llenará de orgullo, que podremos exhibir a propios y extraños como una auténtica conquista y que asegurará, por siempre, su rumbo al servicio del pueblo, en cumplimiento del ideal de quienes contribuyeron a su gestación. 


(*) por Dr. Ricardo Martorelli 
Vicepresidente Comisión Pro-Universidad Nacional en Río Cuarto










A 30 años, la figura de  
Alberto Luchini

En agosto de 1969 la Municipalidad de Río Cuarto recibió una copia del proyecto del Dr. Alberto Taquini (h) sobre “Adecuamiento de la Enseñanza Universitaria Argentina a las necesidades del desarrollo”, que contemplaba la creación en Río Cuarto de una Universidad Nacional.
La idea tuvo una gran acogida en todos los círculos de la ciudad y zona. 
En septiembre de 1969 se formó la Comisión Ejecutiva Central (provisoria) pro Universidad Nacional Pampeana integrada por: Escribano Ernesto Fantín, Luis Guillermo Torres Fotheringham, Ingeniero Alberto Lucchini, Miguel Zabala, Norman Anders y Jorge Harriague, que realiza una profunda labor, de la que se informa en una Asamblea Pública de Entidades. 
El 31 de Octubre de 1969 en una asamblea renuncia el Presidente de la Comisión Provisoria que es reemplazado por ovación  por el Ingeniero Alberto Lucchini. 
El 11 de Noviembre de 1969 por los festejos del Día de la Ciudad llega el Gobernador de turno, un fiel intérprete, que de allí en más fue un factor fundamental de apoyo y aliento para Río Cuarto y zona. 
El 20 de Noviembre de 1969 el señor Intendente Municipal, Ingeniero Renato de Marco, invitó públicamente a las instituciones de la ciudad y zona con el fin de invitar a 92 entidades que propusieron 151 representantes. 
El 27 de noviembre de 1969, el Intendente integró la Comisión que se reunió por primera vez al día siguiente, quedando distribuidos los cargos de la siguiente forma:
Comisión Ejecutiva Central: 
Presidente: Ingeniero Alberto Emilio Lucchini por el Centro de Ingenieros y Arquitectos 
Vicepresidente: Dr. Ricardo Martorelli por el Colegio Médico 
Secretario: Víctor Dama por el Centro de Estudiantes Secundarios 
Prosecretario: Eduardo Astorga por el Centro de Estudiantes Universitarios 
Tesorero: Francisco Remondino por el Centro Comercial e Industrial 
Protesorero: Doctor Enrique Novo por las Asociaciones Culturales 
Vocales: Reynaldo Villareal por las Entidades Deportivas, Ernesto Rojo por la CGT, Luis Rocha por las Asociaciones Vecinales, Presbítero Miguel Gomila por el Centro de Rectores y Directores, Eliseo Sánchez por las Entidades de la zona y el Doctor David Guido Flores por la Universidad del Centro. 
Simultáneamente la prensa se hacía eco del calmor popular, entidades empresarias, sindicales, profesionales, culturales, deportivas, educacionales, estudiantiles, vecinales y de servicio de toda la zona emiten públicamente su opinión apoyando sin condicionamiento la idea de instalar en Río Cuarto una Universidad Nacional. 
Los hombres que integraron la Comisión Ejecutiva, cuando aceptaron la designación pública lo hicieron con plena conciencia de trabajo y la enorme responsabilidad que asumían. 
Por ello nunca se detuvieron a recoger agravios, ni contestar solicitadas, ni se prestaron a intereses de individuos o grupos que pretendían utilizar una institución oficial de enseñanza superior con fines personales o políticos. 
La Universidad está en condiciones de asegurar igualdad de oportunidades para todos: Alto Nivel Académico, pleno desarrollo de la ciudad y la zona. 
El trabajo realizado por la Comisión Pro-Universidad Nacional de Río cuarto dio sus frutos y entramos en el año 1971. 
Asume como Presidente de la Nación el general Lanusse y el 30 de marzo de 1971, el Ministro de Educación de la Nación comunica la creación de la Universidad Nacional de Río Cuarto, en una histórica audiencias con la asistencia del Ing. Alberto Lucchini, Víctor Yoma y Jorge Harriague y la Comisión resuelve invitar al Primer Magistrado a suscribir el documento en Río Cuarto, lo que se concreta el 1º de Mayo de 1971 en un gran acto popular de más de 10.000 personas. 
La Ley ya estaba, solo restaba a esta Comisión cumplir con el compromiso asumido, proveer a la Universidad Nacional de Campo para construir la Ciudad Universitaria. 
Por ello el 18 de Mayo de 1971 se llama a Concurso Público de oferta de campos en donación o venta, y efectúa una invitación a las entidades a integrar una Comisión especial para que determine sobre las ofertas. 
Se resuelve aceptar el predio de 100 hectáreas donado por la sucesión del señor Remo Ré, actual asiento de la UNRC. 
Al final no se hizo más que cumplir la misión que correspondía y conformado con el lema de la Comisión (Kioto) “Las grandes obras de las instituciones las sueñan los santos locos, las hacen los luchadores natos, las aprovechan los felices cuerdos y las critican los inútiles crónicos”. 
Río Cuarto tiene su Universidad para que esa juventud pujante y vigorosa a la cual fue destinada, recoja este desafío del destino y la proyecte hacia el futuro, haciendo que esta Universidad cumpla una por una las etapas propuestas para su desarrollo y se convierta en un centro de excelencia en el ámbito de la Educación Superior para orgullo nuestro y de la Nación toda. 
He aquí en apretada síntesis la tarea realizada por la Comisión en casi dos años de continua labor para dar cumplimiento al importante mandato con que esta comunidad la honrara. 
Sometemos a vuestro juicio esta gestión para cuyo cumplimiento  se ha contado con el apoyo incondicional y nunca regateado de las instituciones del medio riocuartense y su zona, aquí citadas, de las autoridades municipales y eclesiásticas, de los profesionales, maestros y profesores, de los representantes del comercio y la industria, de los dirigentes gramiales y vecinalistas, de las instituciones deportivas y de servicio, de los representantes de la actividad agrícola y ganadera, de los estudiantes, de los señores Intendentes de la zona y de las instituciones nucleadas a su alrededor; y de todo el pueblo de la ciudad y localidades vecinas que respondieron en forma multitudinaria y espontánea al compromiso de lograr entre todos la materialización de la más grande conquista cultural de nuestro tiempo: la Universidad Nacional de Río Cuarto. Ella será el vehiculo de vuestra formación acorde con las necesidades crecientes de la hora que vivimos. 
Ya estaba la Universidad, había que ponerla en marcha y para esto llegó el Ministro de Educación, Dr. Gustavo Malek para colocar la piedra fundamental, hecho que repercutió en la población. Se los invita al campus universitario a un asado al que concurren todos los vecinos de Río Cuarto y de la zona. Al mismo tiempo el Gobierno Nacional nombra como primer Rector Organizador al Dr. Sadí Ubaldo Rifé, quien continuó  hasta mayo de 1973.  
En ese momento asistían 3000 alumnos y se habían edificado 10.000 metros cuadrados. 
Las primeras clases se dictaron en el Colegio Nacional y en la Escuela Técnica Ambrosio Olmos (ENET Nº 1) en la ciudad de Río Cuarto 
Las oficinas se instalaron en distintos sectores de la ciudad: la Oficial en la Municipalidad de Río Cuarto, otra en dependencias municipales de Sarmiento y Belgrano dónde se matricularon los primeros alumnos, quienes llegaron a más de 1000. Las de Planeamiento en 25 de Mayo 464 hasta que comenzaron a construirse los galpones en el Campus; primero el Rectorado y luego le siguieron los demás . 
Las reuniones de la Comisión Pro-Universidad Nacional de Río Cuarto se realizaban en la casa del ingeniero Luchini y se extendían hasta altas horas de la madrugada diariamente. 
De aquí en más se proyecta construir una Universidad única en toda América del Sur y se solicita un proyecto a varios estudios de Arquitectura. Finalmente se elige uno realizado por el estudio de los arquitectos Peralta Ramos y Asociados de la ciudad de Buenos Aires. 
El gobierno nacional envía una partida de dinero para la construcción de la Universidad Nacional de Río Cuarto, sin embargo, habiendo terminado la gestión de la Comisión Pro-Universidad Nacional, el rector de turno no quiso realizar el proyecto ni utilizar el dinero destinado y el mismo fue devuelto a la Nación. 
El 3 de agosto de 1976 el ministro de Educación de la Nación Dr. Ricardo Pedro Bruera, como esta intervenida la Universidad, vio la necesidad de nombrar un Rector, la cual se hace realidad y se designa como Rector de la UNRC al Ing. Alberto emilio Lucchini por Resolución Nº 700, de acuerdo con el artículo 3º de la Ley Nº 21.176 pero esta designación no prosperó, pues 5 minutos antes de las 13:00 horas del día 1º de Setiembre de 1976 por el llamado telefónico del Interventor de la Universidad comunicándole al Ing. Lucchini que no se presente al Rectorado porque había sido reemplazado por otra persona. Alejándose completamente de la Universidad vivió sus últimos años hasta que falleció el 29 de junio de 1991. 
Resulta imposible desvincular al Ing. Alberto Lucchini de lo que constituyó el más dinámico y vigoroso movimiento comunitario de la región. Largos años de singular esfuerzo, enormes dificultades superadas impulsando una idea obsesiva: crear la Universidad Nacional, como expresión de excelencia académica, como palanca de desarrollo regional, como foco de irradiación cultural y científica. 
Recordando las primeras veces que fui al que sería el Campus Universitario, el cual solo tenía cardos y malezas que no permitían ver nada; hacer la mensura, desmonte y la emoción de ver los primeros galpones, que quizás hoy se vean precarios, da una idea del progreso de nuestra Universidad. Era común ver a los riocuartenses paseando por el Campus para ver los progresos de la obra. 
Hoy se levanta una Universidad con gran variedad edilicia, pujante y llena de felices cuerdos, motor principal de la economía de Río Cuarto, de la proyección científica y cultural, solo nos queda el anhelo de que su desarrollo sea cada vez mejor, posibilitando el acceso a la Educación Superior a Río Cuarto y su zona, el desarrollo de la región y ciudad. 
Este quizás sea el mayor triunfo y honor de aquel grupo de hombres que soñó y realizó lo que es hoy el hecho palpable de la Universidad Nacional de Río Cuarto.

(*) por Arq. Luis Alberto Lucchini 
Sra. Milka Brozina de Luchini















                                                                                      Ingeniero Emilio Alberto Luchini


Texto mensaje del Presidente de la Comisión Fundadora, Ingeniero Alberto Emilio Lucchini, difundido por la televisión de Río Cuarto al cumplirse el 20° aniversario de la creación de la Universidad Nacional de Río Cuarto. También publicado por diario Puntal, en su edición del 8 de enero de 1995, en el suplemento “Historia de Río Cuarto”, editado por el historiador Carlos Mayol Laferrere.

Pienso en la creación de la Universidad Nacional de Río Cuarto, vista a travez de los veinte años transcurridos ha sido un hecho de la Providencia.

Providencial era el tiempo político que se vivía que permitía un accenso directo a las fuentes del poder, providencial, el tiempo económico de la relativa estabilidad y por sobre todo providencial el grupo humano que sumó esfuerzos, con total desinterés, para lograr su concreción.

Como el drama griego clásico hubo aquí una presentación un desarrollo, una complicación; una crisis y finalmente una resolución y los principales actores fueron la comisión misma; el equipo del Dr. Taquini; el Ing. Huerta, los Presidente Ongania; Levingston, Lanusse el Gral. López Aufranc.- El papel de villano le tocó al Ministerio de Educación.

Todo comienza en agosto de 1969 cuando llega a la Municipalidad de Río Cuarto el proyecto denominado “Adecuamiento de la enseñanza universitaria argentina a las necesidades del desarrollo; cuyo autor era el Dr. Alberto C. Taquini (Hijo).

Tras alguna vacilación el Ing. Renato De Marco invita a su autor; el Dr. Alberto Taquini; a exponer personalmente el mismo; lo que tiene lugar en el teatro Municipal. La comunidad se interesa vivamente y se forma una comisión Provisoria integrada por el Escribano Ernesto Fantín; el Sr. Miguel Zabala; el Dr. Luis Torres Fotheringham; otros profesionales y el Centro Comercial e Industrial (C.C.I) que posteriormente se retira.

Esta comisión organiza una demostración al Gobernador de Córdoba; Ing. Roberto Huerta; con motivo de su visita en el día de la ciudad 11 de noviembre 1969, y le hace entrega del proyecto.- desde ese momento el Ing. Huerta se convierte en un entusiasta aliado. 

El 20 de Noviembre de 1969 el Ing. Renato De Marco convoca a las entidades para designar los delegados para integrar las comisiones Ejecutiva y plenaria Pro Universidad Nacional, haciéndose presentes 92 instituciones que proponen 157 representantes entre los que se eligen para integrar las comisiones.

Si analizamos se constata inmediatamente su represetatibilidad, lo que unido a su origen en un mecanismo totalmente abierto y democrático viene a suplir la carencia momentánea de los poderes constitucionales, no se buscaba pues concesión graciosa del gobernante de turno, era el Pueblo mismo que reclamaba, a travez de sus representantes, la sanción de una iniciativa justa coherente y lógica.

Y comienzan las audiencias … la primera con el Ministro de Educación de la Nación, Dardo Pérez Guihou transcurre en un clima tenso y hostil que evidencia la mala voluntad del Ministro quien finalmente pone como condición la realización de un costoso estudio de factibilidad. Esto fue el 23 de Diciembre de 1969.

Solicitada la colaboración al Gobierno Provincial, este otorga un subsidio de $ 25.000.000, y contrata un equipo con tal fin, el que dirigido por el Dr. Carlos Laguinge comienza su tarea en Febrero de 1970, en la Dirección de Investigaciones y Educativas de Córdoba.

Decidimos sortear la valla de un Ministro Hóstil y llegar a las fuentes mismas del poder y lo hacemos de una manera muy original con la famosa “Caravana a Leones”. Para el día 8 de Marzo en que el Presidente Ongania visitaba dicha ciudad, el Gobernador Huerta consigue una entrevista para la comisión, que no va sola, si no acompañada de una caravana de 2000 personas en 14 ómnibus y 200 automóviles concurren para pedir por la Universidad.

Ongania se mostró cauto y no dio definición alguna, pero el objetivo estaba logrado, habíamos tomado contacto directo con el Presidente, el que pocos días después aceptó la invitación de visitar Río Cuarto.

Lo hace acompañado del Comandante, en Jefe del Ejército Gral. Alejandro Agustín Lanusse y el pueblo entero se vuelca a las calles reclamando la Universidad.- Ongania firme en sus trece exige la terminación del estudio de Factibilidad.

Se cierra la etapa de complicaciones…. Y sobreviene la crisis: con el estudio preliminar puntualmente terminado el 20 de Mayo de 1970, Ongania es reemplazado por el Gral. Levigston y el Ministro Pérez Guilhou por el DR. José Luis Cantini.

Otra vez a foja cero, será necesario reanudar las gestiones y entrar en la más dura etapa de la gestión en la que durante nueve meses frenéticos e impacientes debimos remontar oscuros intereses, maniobras solapadas, informes distorsionados y dictámenes negativos.

Cantini insistía en la ampliación del estudio de factibilidad y no daba respuestas, era la hora de probarnos y pasar a la ofensiva: En un operativo relámpago visitamos en 24 horas a casi todos los rectores de las Universidades del País y conseguimos que el Consejo de Rectores se expidiera favorablemente.

El 27 de octubre de 1970, Yoma, Harriague, y yo nos apersonamos en el Comando en Jefe del Ejército y denunciamos la oposición del Ministro.- Ipso facto hicimos lo mismo en los medios de comunicación: Télam, La Nación, Radio El Mundo, etc.-

Logramos asimismo que el Gral. Alcides López Aufranc, (Comandante del 3° Cuerpo), que conocía el proyecto conversara con el Presidente Levingston y con el Gral. Lanusse, en el transcurso de una audiencia con Levingston este dio precisas instrucciones a su Secretario Técnico para que el análisis final estuviera listo en dos meses.

La ofensiva dio sus frutos y entramos con el año 1971 en la resolución del drama: asume como Presidente el Gral. Alejandro Agustín Lanusse y el 30 de marzo, el Ministro Cantini nos comunica la creación de la Universidad Nacional de Río Cuarto, en una histórica audiencia a la que asistí acompañado de Víctor Yoma y Jorge Harriague, la comisión resuelve invitar al primer magistrado a suscribir el documento en Río Cuarto, lo que se concreta el 1° de Mayo en un gran acto popular con la presencia de más de diez mil personas.-

La ley ya estaba, decidimos darle un ámbito a la flamante institución y en una inédita licitación de donaciones conseguimos el predio de 100 Has. Donado por la sucesión de Remo Ré, actual asiento de la Universidad Nacional de Río Cuarto.-

Es verdad que yo fui el Presidente de una comisión que logró todo esto, pero si algún mérito me adjudico, es el de haber sido moderador y el símbolo de la comunidad de Río Cuarto a quienes mantuve unidas con siempre renovada fé.

Como en toda gesta hubo héroes ignorados que sería injusto no destacar: sin el empuje, la sagacidad y la vitalidad de Víctor Yoma y la aplomada juventud de Jorge Harriague, con los que prácticamente conduje la mayor parte de la gestión, difícilmente hubiéramos arribado a buen puerto.-

Queda todavía mi sufrida esposa, con mi valija siempre lista para la audiencia de última hora, el café siempre caliente en las interminables reuniones y un plato en la mesa para el infaltable visitante o emisario.

Al final lo hicimos cumplir con el lema de la Comisión:

Las grandes obras de las instituciones

Las sueñan los santos locos

Las hacen los luchadores natos

Las aprovechan los felices cuerdos

Las critican los inútiles crónicos.





DEPARTAMENTO DE PRENSA Y DIFUSIÓN DE LA UNRC
SE CUMPLEN 43 AÑOS DE LA CREACIÓN DE LA UNRC

Este primero de mayo se cumplen 43 años la creación de la Universidad Nacional de Río Cuarto creada el 1 de mayo de 1971 por Ley 19020 del Poder Ejecutivo Nacional dentro de un programa de adecuamiento de la enseñanza universitaria dispuesto por las autoridades de la Nación y como respuesta a un fuerte movimiento social tanto local como regional que tuvo una decisiva influencia para el asentamiento de esta casa estudios en la ciudad.
Inició sus actividades académicas en 1972, las primeras clases se dictaron en las aulas del Colegio Nacional y en la Escuela Nacional de Educación Técnica Número Uno. Mientras que las actividades administrativas se desarrollaban en lo que es hoy la Dirección de Tránsito, en calle Sarmiento, y el rector organizador Sadi Ubaldo Rifé, atendía en la Municipalidad.
También en 1972 se inician las obras en lo que es hoy el campus universitario sobre un predio de más de 100 hectáreas donado por la Sucesión Remo Re y casi hacia fin de ese año se pudieron inaugurar primeros pabellones de aulas. 
Las primeras carreras fueron Profesorado y Licenciatura, Licenciatura en Química, Licenciatura en Biología, Profesorado en Biología, Ingeniería Agronómica, Medicina Veterinaria, Licenciatura en Economía, Licenciatura y Profesorado en Ciencias de la Educación y Técnico en Medios Audiovisuales.
En 1974 la Universidad se organizó en facultades, con la creación de la Facultad Agronomía y Veterinaria, de la Facultad de Ciencias Económicas, la Facultad de Ciencias Exactas Físico-Químicas y Naturales, de la Facultad de Humanas y de la Facultad Ingeniería, cuyos edificios se levantaron mayormente entre 1975 y 1980.Durante la década del '80 también la Universidad fue consolidando su crecimiento reflejado en la puesta en funcionamiento de nuevos pabellones de aulas y de la biblioteca.
En este sentido a mediados de la década del ´90 se inaugura el nuevo edificio de biblioteca y las Residencias estudiantiles Universitarias, en el marco de una política de apoyo a los alumnos de menores recursos que incluye además la provisión de distintos tipos de becas estudiantiles, con ayuda de los municipios y cooperativas de la región.
La creación de la UNRC tuvo en un contexto socio político complicado con la dictadura del General Lanusse al frente del Ejecutivo nacional y con la cercanía de fuerte movimientos sociales que afectaron la vida nacional como el Cordobazo, el Viborazo en la misma ciudad y el Rosariazo, entre otros hechos. Al pasar el tiempo parece afirmarse la postura que la Universidad fue creada con el marco de un Plan (Taquini) que llevaba o tenía como objetivo la descentralización de las grandes y tradicionales universidades argentinas, entre ellas la centenaria Universidad Nacional de Córdoba, de esta manera menguar la unidad del movimiento estudiantil que había tenido gran impacto en los movimientos sociales de protesta contra la dictadura. 
De todas maneras la UNRC siempre tuvo las repercusiones de los vaivenes de la vida nacional, de la vida política nacional, como fue la llegada al rectorado de Saúl Ubaldo Rife, de Augusto Klappenbach, ya en época camporista y más tarde de Maestre. Luego la brutal dictadura del 1976 que deja una estela de muertos y desparecidos de la UNRC, amen de otros tantos militantes que sufrieron prisión. 
En 1983 el proceso de normalización va a dar lugar luego de una importancia militancia de todos los claustros a que por primera vez la UNRC elija su propias autoridades en 1986 y un avance más en 1990: el claustro no docente comienza a tener plenos derechos políticos al tener ya no solo voz, sino también voto en la Asamblea Universitaria. Hacia 1993 la UNRC se convierte en la primera universidad argentina que elige sus autoridades por voto directo ponderado de sus claustros.
DEPARTAMENTO DE PRENSA Y DIFUSIÓN



Informe del Sr. Víctor Yoma     
 Integrante de la Comisión  Pro UNRC y Comisión Fundadora

"Perón aprobó la creación de la UNRC"

"En marzo de 1973 fue electa la formula CAMPORA - SOLANO LIMA , Presidente y Vice, de manera que cumpliendo lo pactado la COMISION FUNDADORA  dejaría en poder de las autoridades constitucionales, la conducción y desarrollo de la Universidad, continuando con el Proyecto Taquini.

Un aspecto clave recaería en el nuevo Ministro de Educación de la Nación , lo que era toda una incógnita saber quien asumiría ese cargo,  y para la Comisión Fundadora  resultaba fundamental tomar contacto con el mismo  para coordinar la consolidación de la institución recién creada en aspectos vitales, como: su orientación, excelencia académica, igualdad de oportunidades para los jóvenes ingresantes, infraestructura.

La Comisión elaboró un plan de acción como era su norma constante y se estableció el objetivo de procurar de llegar con sus inquietudes al mas alto nivel institucional para garantizar la continuidad y cumplimiento del proyecto iniciado  el 1º de mayo de 1971.

El primer paso ante aquella situación fue de establecer  un contacto con el General Perón vía el Dr. Arturo Frondizi y simultáneamente con el binomio electo de Campora - Solano Lima.

Víctor Yoma fue designado por los restantes miembros de la Comisión Fundadora   para entrevistarse con el Dr. Frondizi, quien al ser recibido por el ex presidente explicó  la situación y el objetivo. Junto al Dr. Frondizi se encontraba el Dr. Antonio Salonia que fue un colaborador muy interesado de ayudarnos en este caso. El Dr. Frondizi luego de escuchar con mucha atención lo planteado se compromete con  optimismo en trasmitir el tema a Perón  y le indica que un plazo de quince a veinte días debíamos llamar al enlace que recabara la información a Perón que estaba en España . la información la recibiría Perón por Giancarlo Elia Valori  una importante persona que vivia en Roma pero visitaba regularmente a Perón que estaba en España. El doctor Frondizi entrega a Víctor Yoma todos los datos para el contacto con Valori en Italia indicando su dirección(Via Julio Aristide Sartorio 90 en Roma, teléfono 5136260 y el código postal 00147)  

Con estos datos entregados por Frondizi,  y respetando los días que debía esperar para comunicarse  Víctor Yoma,  desde el teléfono de su domicilio en el barrio Abilene de la ciudad de Río Cuarto, intenta varias veces la comunicación con el señor Valori en Italia pero su mucama informaba de la ausencia por viajes y le pide que llame en tres días, al final se produce el contacto tan ansiado por los integrantes de la Comisión Fundadora de la Universidad, y Valori, que había sido anoticiado por el doctor Frondizi,  le indica a Yoma que hay una terna establecida,  de la cual uno de ellos ocupará el Ministerio de Educación en Argentina,  formada por los doctores:  Raul Matera,  Leopoldo Frenkel y Jorge Taina.

Con esta información  la Comisión Fundadora toma contacto con el  señor Luis Raul Roca  que era delegado en Buenos Aires de la Comisión y era el secretario Privado del doctor Matera ademas era amigo personal de José Ignacio Rucci .
Otra vía de alternativa que se aprovechó para tramitar gestiones vinculadas a nuestros objetivos fue canalizada a través del General Miguel Iñiguez que era el delegado de Perón, siendo también Iñiguez muy  amigo de Luis Raúl Roca y de excelente relación con Víctor Yoma, a quien lo visitaba frecuentemente y se entusiasmaba con la gestión que realizaban para consolidar la Universidad.

Para ganar tiempo se logró concertar una audiencia con el Vice Presidente electo, Doctor Solano Lima, La reunión se llevó a cabo en el Hotel Crillon de la Avenida Santa Fe en la ciudad de Buenos Aires en donde atendía por aquellos días en un grupo de oficinas provisorias. En esta reunión participaron el Ingeniero Alberto Luchini junto a Jorge Harriague, Raúl Roca y Víctor Yoma, todos integrantes de la Comisión Fundadora. Se le informó en detalle de la situación mostrando fotografías y documentación de la UNRC que estaba en en etapa de desarrollo. El Dr. Solano Lima prestó especial atención a todo lo mostrado y expuesto  y al final luego de hacer algunas preguntas expresó su total adhesión al proyecto  y dispone trasmitir al Doctor Campora todas las inquietudes vinculadas al importante tema instándonos ademas a que siguiéramos trabajando . Así finalizó la reunión de un modo de gran cordialidad.
       
    
Acta del día 17 de mayo de 1971  donde la "Comisión Pro Universidad Nacional de Río Cuarto"
 llama a concurso público para obtener el campus universitario.






Resolución de fecha 18 de mayo de 1971 donde se crea una Comisión Especial
para que dictamine  las ofertas presentadas al concurso público  de propuestas 
de inmuebles rurales en donación  para la construcción de la Ciudad Universitaria de la UNRC.
En esta Comisión Especial se auto excluyeron por razones éticas los integrantes de la Comisión Fundadora de la UNRC 






  La Comisión Pro Universidad  elabora el    Pliego de Bases y Condiciones 
para el llamado a concurso  de donación de un predio rural 
en las inmediaciones de la ciudad de Río Cuarto.











Dr Alberto Taquini (h) Promotor y gestor de la UNRC

Nació en Buenos el 21 de enero de 1935, esta casado con  la señora Martha Bosch de Achaval, es padre de tres hijos, María, Alberto y Pablo.


Fue el decano de la Facultad de Farmacia y Bioquímica  de la Universidad de Buenos Aires  entre fines de 1960 y comienzos de 1970.
Muy conocido  por su plan para descentralizar la Universidad de Buenos Aires denominado  "Plan Taquini". Profesional que dio un gran impulso a la lucha por la mejora universitaria de Argentina.

El 25 de abril de 2005  "El Consejo Superior de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC) distinguió con el máximo galardón a la trayectoria académica, el doctorado Honoris Causa, a Alberto C. Taquini (h), como un significativo reconocimiento a su trayectoria y a los aportes realizados en el campo de la educación.
En el acto de entrega se destacó en especial el aporte del catedrático por su Plan de Nuevas Universidades, de Colegios Universitarios, la integración de la Educación Superior y la promoción en la Universidad Argentina de la Investigación Científica."


Debemos destacar que el Dr. Alberto C. Taquini (h),  verdaderamente  fue un estudioso del sistema universitario argentino. 

Cuando se desempeñaba como Decano de la Facultad de Farmacia y Bioquimica de la Universidad de  Buenos Aires, entre fines de 1960 y comienzos de 1970,  advierte de la crisis de funcionamiento de las universidades  por su superpoblación de estudiantes, lo que no le permiten una adecuada  funcionalidad y es así como plantea en su estudio y análisis sobre ese tema, tan crucial por aquellos años para la educación superior, un camino a seguir y una  solución posible en materia de educación superior ante    la imperiosa  necesidad de lograr una ampliación  adecuada  a las necesidades y posibilidades del país. 

Junto con los doctores E. Urgoite, S.U. Rifé y J.C. Otaegui, quienes colaboran con él , presentan  un plan, conocido inmediatamente después  como "Plan Taquini"  en donde se propone descentralizar la Universidad de Buenos Aires, lo cual permitiría la mejora en la enseñanza superior en Argentina.

Corría el año 1968, La "Academia Del Plata" organiza en  Chilecito, provincia de La Rioja, lugar en que  se encuentra una finca perteneciente a la Universidad de La Plata, "Samay Huasi", un "Coloquio sobre Modernización de las Instituciones Políticas de Argentina",  donde se reúnen en aquel apacible lugar un importante numero de destacados intelectuales del país  para participar y debatir propuestas en dicho evento, el cual se extendió por tres días consecutivos  a partir del 16 de noviembre.

En aquel lugar el Dr. Alberto Taquini, expone su trabajo presentando en el Coloquio,  el "Programa de Adecuamiento  de la Enseñanza Universitaria Argentina  a Las Necesidades del Desarrollo".  
A partir del año 1968, también publica su libro: "Nuevas Universidades Para  un Nuevo País 1968-2010",   donde está todo el desarrollo de su plan y la problemática de la educación superior en Argentina.

   "El libro del Dr. Taquini, recopila el proceso de transformación  de la educación superior de Argentina, ocurrida a partir del dinámico proceso que llevo de 8 a 23 universidades nacionales entre 1968 a 1973, extendiéndose luego a todo el país. Por otra parte incluye la integración de las universidades con el sector superior no universitario, mediante la creación de los colegios universitarios".





Tapa y Contratapa del libro 
"Nuevas Universidades para un Nuevo País"
del Doctor Alberto Taquini (h)  el cual fue editado en varias ediciones.







En las conclusiones del libro el autor señala: 

"En el presente trabajo hemos analizado el estado actual de la enseñanza superior universitaria como así también la proyección de la misma en los próximos años. Del mismo surge como conclusión mas importante la urgente necesidad de planificar la política a seguir durante los próximos años a fin de asegurar la mayor eficiencia del sistema operativo de las universidades, actualmente distorsionado por la inadecuada relación del número de universidades con el de estudiantes.

Afortunadamente Argentina cuenta con un alto porcentaje de estudiantes universitarios, el que previsiblemente se incrementara por el crecimiento vegetativo de la población y de la mayor eficiencia operativa de todo el sistema educativo.

Desgraciadamente no se cuenta con un sistema económico adecuado  a las necesidades educacionales de un país que pretende ser desarrollado. Faltan recursos humanos, fondos suficientes para la investigación,  la docencia, la construcción de edificios y su mantenimiento, becas y prestamos de honor. Parecería que aunque se comprende  la necesidad de la ayuda económica a la educación no se aprecia lo que se pierde por demorar el vuelco masivo de recursos económicos en esta área. 

En este trabajo hemos propuesto un proyecto que consiste en la creación por parte del Estado  de NUEVAS UNIVERSIDADES, independientes de las actuales y capaces de absorber el previsible incremento de la población universitaria, que se supone llegará en 1980 a 280000 estudiantes. Esta solución permitirá que los actuales universidades multitudinarias no sigan creciendo.

Se sugiere que las nuevas Universidades sean organizadas bajo la estructura académica financiera actual, que estén localizadas en las zonas de crecimiento vegetativo de la población, pero con tendencia a la descentralización.

Se propone la creación de centros de investigación aplicada y enseñanza  superior en las áreas de desarrollo y orientado a las características de la región, los que en el futuro podrán llegar a convertirse en nuevas universidades.     

Esbozamos finalmente un concepto  no aplicado en el país de tamaño máximo de las Universidades con cupos de alumnos fijados por la eficiencia operativa de las mismas; entendemos que esto puede ser  puesto en marcha en la medida en que la creación de NUEVAS UNIVERSIDADES ESTATALES sea capaz de absorber la demanda que por la enseñanza universitaria  tienen los jóvenes argentinos de quienes necesita el pais entero". 

       






Sobre el plan Taquini 
"Por  la licenciada   Mariana  Mendonca"


Políticas de Estado, Segregación Espacial, y Creación de Universidades Nacionales en los años Setenta.
El caso de la Universidad Nacional de Río Cuarto

Mariana Mendonça
Facultad de Ciencias Sociales, UBA

En este proyecto nos planteamos caracterizar y analizar críticamente los procesos que dieron origen a la Universidad Nacional de Río Cuarto. Para ello, proponemos indagar sobre los impactos de las políticas impuestas en la segunda mitad de la década del sesenta; concretamente, su propósito de transformar la vida universitaria y la búsqueda de neutralizar los costos políticos generados por las movilizaciones estudiantiles de aquellos años. Específicamente nos interesa describir y analizar críticamente las estrategias implementadas por el gobierno de facto, entre ellas el denominado “Plan Taquini”, para intentar desarticular y despolitizar la vida universitaria. En el marco de este proceso, dicho  “Plan” dio lugar a la creación de 12 nuevas universidades en diferentes regiones del país, siendo la primera de ellas la Universidad Nacional de Río Cuarto, creada en 1971.

El Plan Taquini: creación de nuevas universidades

El denominado Plan Taquini surge en 1968, ideado por el Dr. Alberto Taquini (h), junto con sus colaboradores, los doctores Enrique Urgoiti y Sadi Rifé. Taquini, aún siendo estudiante universitario, realizó una evaluación estadística de la población estudiantil de la facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires, facultad a la cual él pertenecía. Los resultados de la misma dieron cuenta de una “sobredimensión” de la población estudiantil.
Impulsado por este dato, en 1967 Taquini y su equipo comenzaron a esbozar lo que luego conformaría el conocido “Plan Taquini”, esto es: “la idea del redimensionamiento de nuestra universidad mediante su organización en distintas áreas geográficas donde se operaría la centralización académica, administrativa y la subsiguiente y paulatina organización departamental de la universidad” (Dr. A. Taquini (h), 1971:XII).
Este primer esbozo de proyecto de nuevas universidades fue presentado en el año 1968 en el Coloquio sobre Modernización de las Instituciones Políticas en la Argentina, organizado por la Academia del Plata, en Chilecito, La Rioja.
De acuerdo al ideólogo de este plan, son dos las bases que sustentan al mismo. Por un lado,  se debe estimular la enseñanza Argentina para que sea lo más amplia posible. Por el otro, debe existir un cupo máximo de estudiantes para garantizar así el funcionamiento adecuado desde el punto de vista académico, científico y administrativo.
El proyecto de Taquini (h) y su equipo procuraba crear “Nuevas universidades, independientes de los centros actuales de educación superior, libres de sus problemas, de orientación renovadora (...) insertarlas adecuadamente en la solución de la problemática de la Argentina del futuro” (Taquini (h), 1972: XIV). Una política de nuevas universidades lograría expandir (descentralizar) la población universitaria juvenil, y hacer eco en la problemática cultural, científica y tecnológica de las diferentes zonas geográficas.
En este sentido, el “Plan Taquini” surge en respuesta al proceso sociopolítico que se llevó adelante en todas las universidades del país hasta 1966: el proceso de masificación de las casas de estudio desde 1955. La universidad de masas en contraposición con la universidad científica, fue uno de los principales factores que motivó el desarrollo del “plan”. El aumento sostenido de la matrícula en todas las universidades del país, era incompatible con una universidad científica que debía velar por el desarrollo y el progreso intelectual y tecnológico del país. Debemos tener en cuenta, además, la Ley del año 1958 que dio lugar a la creación de universidades privadas, y la consecuente conformación de universidades provinciales en el país. De este modo se crearon distintas universidades: la Universidad Provincial de La Pampa (1959), la de Mar del Plata (1962), la de Neuquén (1964), la de San Juan (1965) y la de Tandil (1968  (Buchbinder, 2005:200).  En este marco, el plan pretendía descentralizar las grandes urbes y limitar la matrícula, implementando nuevas casas de estudio en el interior del país con orientación tecnológica de acuerdo a las necesidades regionales. En palabras de los idearios de este plan, existía “la urgente necesidad de planificar la política a seguir durante los próximos años, a fin de asegurar la mayor eficiencia del sistema operativo de las universidades, actualmente distorsionado por la inadecuada relación del número de universidades con el de estudiantes” (Taquini, 1971:138).
De acuerdo a lo desarrollado por el Dr. Alberto Taquini (h), la mayor parte del estudiantado del país para el año 1963 se dedicaba a cursar carreras de tipo profesionalista: derecho, medicina, ciertas ramas de ingeniería, pedagogía, bellas artes, entre otras. Siendo un cero con nueve por ciento quienes se dedican a las ciencias agrícolas, alrededor de un cinco por ciento a las ciencias exactas y naturales y aproximadamente un ocho por ciento a otras disciplinas afines con la investigación pura. En efecto, sólo un 15% de la población universitaria se orienta hacia las ciencias exactas y tecnológicas (Dr. Taquini (h), 1970: 9).
Tomando estos datos como base, el equipo de trabajo daba cuenta de un número importante en la matrícula universitaria de la Argentina, cuyo crecimiento ilimitado traía aparejado, de acuerdo a su análisis, un problema social que se iría agravando si no se implementaban medidas para revertir la situación de estas universidades multitudinarias.
Para el año 1969 la población universitaria llegaba a 238.000 alumnos y se proyectaba una población universitaria de alrededor de 350.000 alumnos para el año 1980. Asimismo, presentaban como problema la baja proporción de egresados sobre la totalidad de ingresantes. En efecto, explican, de cada 18 ingresantes, sólo 1 se graduaba. Esto, para ellos, respondía a la distribución demográfica inadecuada de nuestro país.
Las nuevas universidades, explican estos autores, deben ser pensadas en relación a las distintas zonas del país, con una sólida educación que sirva de base para la organización jurídica, social, política, económica y científica de dicha zona. En este sentido, se debe tener en cuenta la concentración de la población y el impulso de crecimiento que traerá consecuentemente la instalación de nuevas casas de estudio en las diferentes zonas regionales. Si bien las nuevas universidades deben estar orientadas hacia zonas de crecimiento vegetativo de la población, se procura profundizar una tendencia a la descentralización (Dr. A. Taquini (h), 1971:133-139).
 Otro rasgo característico de este plan que no podemos dejar de mencionar, es la forma arquitectónica que adoptarían las nuevas universidades. Se proponía un esquema alternativo, una universidad moderna basada en el concepto de ciudad universitaria y departamentalización. Un modelo alejado de la idea tradicional y clásica de facultades independientes. Si bien la universidad estaría ubicada en centros urbanos medianos, las nuevas casas de estudio estaban pensadas para desarrollarse dentro de un “campus universitario” al estilo de las universidades norteamericanas. En el mismo se desarrollarían todas las actividades que hacen a la vida universitaria.
En el marco de este Plan, los departamentos son definidos como la unión pedagógica y geográfica de los docentes e investigadores de una misma disciplina en una tarea común. Asimismo, el cupo por universidad debe oscilar entre 10 mil y 20 mil alumnos. De este modo se podrá organizar el normal funcionamiento de la universidad y sus respectiva departamentalización (Dr. A: Taquini (h), 1971:128-129).
Para poder llevar adelante este proyecto, se preveía contar con importantes recursos económicos y, a su vez, se apostaba a una carrera de excelencia académica y científica (Buchbinder, 2005:201).

 

La puesta en marcha del “Plan Taquini”: contexto político-económico-social

En 1966 se instaura la dictadura militar llamada “Revolución Argentina”, impuesta a través de un golpe de Estado encabezado por Onganía., que destituye a Illia. Las primeras medidas políticas que se llevaron adelante, fueron la disolución del Congreso y los partidos políticos, al mismo tiempo que se intervinieron todas las provincias y organismos del Estado. Se debía lograr confianza en la población, por lo que se llevaría adelante una verdadera revolución en la Argentina, cuyo objetivo estaba centrado en el “tiempo económico, social y político” (Portantiero, 1996).
Onganía declaró su intención de permanecer indefinidamente en el poder y proclamó que el programa de la Revolución Argentina restablecería la economía, reavivaría el crecimiento y luego distribuiría sus frutos para lograr la “paz social”. Este objetivo sólo se lograría a expensas de los sectores populares, ya que se necesitaba disciplinamiento social, generalmente impuesto mediante la represión. A si mismo, se limitó el poder político y económico de los sindicatos, y se suprimió el derecho a la huelga  (De Riz, 2000)
El presidente de facto tuvo una clara dirección política hacia las universidades nacionales. En el marco de la lucha a nivel mundial contra el comunismo, propulsado principalmente por EE.UU., las casas de estudio en Argentina eran vistas como lugar de propagación de desorden y de violencia por excelencia.
Las universidades públicas en nuestro país estaban organizadas de acuerdo a los principios de la Reforma Universitaria, que establecían la autonomía universitaria del poder político y el cogobierno tripartito de estudiantes, docentes y graduados. A fines de julio de 1966 la dictadura militar decretó la intervención de las universidades nacionales, ordenando a la policía que reprimiera para expulsar a estudiantes y profesores. Le siguió el éxodo de profesores e investigadores y la supresión de los centros de estudiantes. Una feroz persecución se desplegó hacia los militantes de izquierda en las facultades, hecho que se conoce como “La Noche de los Bastones Largos” (Buchbinder, 2005).
Mediante esta represión, el gobierno apuntaba a destruir los elementos que se habían desarrollado en las universidades a partir de 1955 en adelante: la investigación científica, la politización del estudiantado y la masificación de la matrícula universitaria. (Bonavena y Millán: 2007)
Los intentos de normalización y reconfiguración de las universidades fueron objetivos que pronto se vieron frustrados. La autonomía de las casas de estudio se eliminó, así como el gobierno tripartito de los claustros de profesores, graduados y alumnos, y se proscribió la actividad de los centros de estudiantes (Jacoby: 1978). Si bien se intentó sujetar las universidades al poder político y limitar la libertad académica, no se logró eliminar la politización creciente en las altas casas de estudio. Movilizaciones de estudiantes cuestionaban las nuevas leyes y estatutos que pretendían imponer las autoridades de la Revolución Argentina (Buchbinder:2005).
En mayo de 1969, el Poder Ejecutivo Nacional dictó un decreto por el cual se derogaban los regímenes especiales sobre el descanso del sábado inglés. Al mismo tiempo se anunció el congelamiento de los convenios colectivos y de los salarios. En Córdoba, los sindicatos de SMATA, Luz y Fuerza y la UTA convocaron a una asamblea general. Las conducciones de estos tres sindicatos, lideraron el levantamiento, con un amplio apoyo del sector estudiantil. La jornada terminó con un enfrentamiento con la policía y un llamado al paro general (De Riz: 2000).
El 29 de mayo de ese mismo año se produjo el llamado “Cordobazo”, obreros y estudiantes salieron unidos a las calles. Ante la magnitud de la movilización, Onganía ordenó que las Fuerzas Armadas se hicieran cargo de la represión. La insurrección popular fue un hecho localizado en la ciudad de Córdoba, pero este acontecimiento logró extenderse a otras provincias. El Cordobazo marcó el quiebre de la política estatal llevada adelante por el onganiato y dio inicio a un proceso de agudización de la protesta social y la lucha armada que se desarrolló en la sociedad argentina durante la década de los años 70.
Después de estos acontecimientos, el clima de violencia social aumentó. El 30 de junio de 1969, el gobierno declaró el estado de sitio en todo el país. Esta medida se justificó desde el gobierno como un medio para asegurar la “paz y el orden” en todo el territorio de la república. Sin embargo, entre junio de 1969 y mayo de 1970 se produjeron una serie de acontecimientos violentos y movilizaciones sociales que tuvieron una profunda repercusión en toda la sociedad y terminaron, finalmente, por debilitar la gestión de Onganía (De Riz, 2000).
En este contexto político se pone en marcha el Plan Taquini. Si bien este plan había comenzado a ser diseñado por fuera de la redes del poder, no casualmente se generó el terreno propicio y la buena predisposición por parte del gobierno de turno para ponerlo en marcha. El mismo, como ya señalamos, fue motivado por la alta tasa de la matrícula que sufrieron las universidades públicas en el país. Pero si tomamos en cuenta el contexto político y social en el que el mismo se pone en marcha, no podemos dejar de mencionar otras preocupaciones directamente ligadas a la problemática inicial. Esto es, el impacto político que generaba la concentración de grandes masas de estudiantes.
El gobierno de facto había procurado despolitizar las universidades mediante distintos mecanismos, como por ejemplo, la Ley Orgánica de Universidades (17.245/67) que eliminaba cualquier tipo de actividad política dentro de las universidades. También se implementaron nuevos mecanismos selectivos de admisión, como fueron las pruebas de ingreso a las distintas carreras, pero no pudieron lograr los objetivos deseados. Los incidentes con estudiantes formaban parte de la vida cotidiana de Buenos Aires y las grandes capitales provinciales. Episodios como el Rosariazo y, posteriormente, el Correntinazo y el Cordobazo, fueron claros ejemplos de esto. Las movilizaciones estudiantiles y su participación activa junto con los obreros, no sólo manifestando su disconformidad con las políticas universitarias adoptadas, sino aunando y apoyando las luchas de todos los sectores que formaban parte del campo popular, dieron cuenta del fracaso de dichos planes.
Los hechos ocurridos en Córdoba en mayo de 1969, sumado a los episodios ocurridos a nivel mundial, específicamente las movilizaciones estudiantiles de mayo de 1968 en París, generaron un contexto propicio para dar lugar al desarrollo del Plan Taquini.
El mismo se proponía conciliar el aumento de la matrícula con una universidad científica,  ligada directamente al desarrollo regional, logrando de esta manera, la despolitización de las universidades y de los estudiantes respectivamente.

El caso de la creación de la Universidad Nacional de Río Cuarto (UNRC)
El 1° de mayo de 1971, por la Ley 19.020, el gobierno de la autodenominada Revolución Argentina crea la Universidad Nacional de Río Cuarto, en la ciudad que lleva ese nombre, provincia de Córdoba.
Enmarcado en el Plan Taquini, el autor de dicho plan presenta un proyecto sobre “Adecuamiento de la enseñanza universitaria a las necesidades del desarrollo”, el cual contemplaba la creación de una Universidad Nacional en la ciudad de Río Cuarto. Con el mismo, se preveía solucionar, en palabras del ideólogo, “dos graves problemas: el de la expansión demográfica de las universidades nacionales de Córdoba y Rosario, y el de la integración tecnológica de la zona pampeana, que responde a una zona geográfica especial” (Dr. A. Taquini (h), 1971:90).
Vemos en este postulado, dos proyectos políticos claros. Por un lado, se intenta descentralizar, mediante un proceso de segregación espacial, a las masas estudiantiles de Córdoba y Rosario. No casualmente son estas dos ciudades las que se tienen en cuenta como problemáticas en relación a la población estudiantil. Debemos recordar que fueron los dos epicentros más importantes de las jornadas del año 1969. Por otro lado, en cambio, vemos la apuesta a un proyecto político-económico, ligado directamente a un modelo desarrollista. El área de influencia de la nueva universidad en esta localidad sería el agro, específicamente el agro pampeano. En efecto, Río Cuarto había sido elegida como ciudad en donde se crearía la primera “Nueva Universidad”, no sólo porque estaba estratégicamente ubicada y por la riqueza de su producción agropecuaria, sino porque reunía todas las condiciones necesarias para convertirse en un polo de desarrollo, traspasando los límites provinciales, extendiéndose a San Luis y la zona norte de La Pampa. (Informe preliminar, 1970:1). Las carreras universitarias que se abrirían para la población estudiantil en esta casa de estudios, estaban ligadas a las ciencias agropecuarias y veterinarias y a las ciencias exactas. Las mismas habían sido pensadas estratégicamente para generar egresados que tuvieran la posibilidad de insertarse en el área de desarrollo que ofrecía Río Cuarto y la zona. Es decir, se procuraba lograr una casa de estudio cientificista, más no profesionalista.
“(el Proyecto Taquini) se adecua  a la política general del gobierno, dirigida a ´intensificarla acción en apoyo a las carreras científicas y técnicas, tendiendo a solucionar anomalías cuantitativas con el objeto de adecuarse a las reales exigencias del país´ (Onganía: Planeamiento y desarrollo de la acción del gobierno, 1966). Cuando el gobierno se impuso ´adoptar las medidas necesarias para alentar un rápido incremento de estas producciones´, estaba reconociendo la necesidad de posibilitar para el agro el mantenimiento de esa fuente económica, desarrollándola con las nuevas técnicas” (Editorial Diario El Pueblo, 05/09/69)
En agosto de 1969 se anuncia en la ciudad la posible creación de la Universidad Pampeana. Un mes después, el 19 de septiembre de ese mismo año, el Dr. A. Taquini (h) fue invitado por la Municipalidad a una conferencia de prensa en la ciudad para explicitar detalles de su proyecto. Meses después fue creada la Comisión Pro Universidad, la cuál se encargaría de dar lugar al desarrollo del proyecto hasta lograr la realización del mismo. Esta comisión se formó tras el llamado que hizo el intendente municipal a diferentes agrupaciones locales que fueran representativas de las fuerzas vivas de la ciudad.
Unas veinte personas reunidas en el despacho principal de la intendencia, coincidieron después de dos horas de coloquio en designar una comisión que funcionará hasta la obtención del primer objetivo; esto es, hasta que el gobierno nacional promulgue la “ley Taquini”. La comisión se integrará con el comerciante Angel Oscar Valentinuzzi, el ingeniero Alberto Lucchini, el periodista Manuel Puebla, el odontólogo Luis G. Fotherigham y el escribano Ernesto Fantin, y responderá a un plenario formado por todas las instituciones y personas de la ciudad y la zona que manifiesten públicamente su adhesión a las gestiones que emprenderá la comisión ejecutiva. (Diario El Pueblo, 28/09/69)
La noticia de la creación de la Universidad Nacional en Río Cuarto fue recibida de modos diferentes, y generó diversas reacciones entre la población. Los escritos existentes sobre este proceso dan cuenta de una respuesta positiva por parte de las fuerzas vivas de la ciudad de Río Cuarto y la zona. En el libro de Taquini, Urgoiti y Rifé (1970) y en el Informe Preliminar Estudio para la Creación de la UNRC (1970), podemos dar cuenta de ello. Una de las razones que motivó la puesta en marcha y su posterior materialización del Plan Taquini en la ciudad de Río Cuarto para estos autores, fue la expresión de las fuerzas vivas y la organización por parte de la población para poder llevar adelante este proyecto. El libro de Martorelli (1991) asimismo, da un testimonio de la sensación y emoción que produjo en la población y en los organizadores de la UNRC la noticia de la creación de la nueva casa de estudios. Así también, podemos encontrar en el Dossier publicado por la UNRC en el año 2001 al cumplir  30 años desde su creación, escritos que dan cuenta de esta misma línea de lectura.
Al revisar los diarios de la época y entrevistar personas que fueron partícipes de ese proceso y que también formaron parte de las fuerzas vivas, pudimos observar que el proyecto tuvo sus complicaciones al interior de la comunidad riocuartense.
A partir de agosto de 1969, el diario El Pueblo comienza a publicar las adhesiones al proyecto Taquini por parte de diferentes organismos de la ciudad. No sólo los sectores ligados al área de la educación adherían a esta nueva propuesta, sino también los sectores ligados al área del comercio, ya que entendían que se trataba de un “Trampolín al desarrollo”[1]. El proyecto Taquini no tardó en llegar a ser noticia y consulta popular en la ciudad de Río Cuarto y su amplia zona de influencia, miles fueron las adhesiones que tuvo el incipiente proyecto[2].
Respondiendo a la consulta del Departamento Ejecutivo Municipal, la Comisión Amigos de Río Cuarto ha analizado profundamente los alcances y consecuencias del “Programa de adecuamiento de la enseñanza universitaria argentina a las necesidades del desarrollo” presentado por el Dr. A Taquini hijo. En dicho programa se plantea la creación en Río Cuarto de la Universidad pampeana (...) este hecho, entonces, es acogido con mucho gusto por todos. (Diario El Pueblo, 04/09/69)
Los estudiantes secundarios fueron los primeros en manifestarse a favor de la nueva universidad en Río Cuarto. El 18 de septiembre de 1969, con la llegada del Dr. A. Taquini a la ciudad, centenares de alumnos del nivel medio recibieron y aplaudieron al autor del plan. El diario El Pueblo documentó la llegada del Decano de Farmacia y Bioquímica de la UBA a la Municipalidad local con centenares de alumnos del nivel medio con guardapolvos blancos quienes ovacionaron al principal representante del proyecto (Diario El Pueblo, 19/09/69).
No es casual que los estudiantes secundarios fueran los principales interesados en la creación de una universidad nacional. En Río Cuarto existían dos institutos de estudios superiores: la Universidad del Centro y El Instituto Superior de Ciencias. El primero era una universidad privada creada en 1962 con una orientación agrotécnica. En la misma había cuatro facultades: agronomía, ciencias económicas, ingeniería y trabajo social. Por su parte, el Instituto Superior de Ciencias era una institución terciaria en la cual se dictaban diversos profesorados. En ambos casos, todo aquel que quisiera seguir estudiando, debía contar con un apoyo económico lo suficientemente bueno.
“ Para nosotros la universidad nacional era la posibilidad de seguir estudiando. Yo venía de una familia de clase obrera, mi padre era obrero. Si uno quería estudiar tenía que irse a Córdoba o sino estudiar en la Universidad del Centro que era privada. Yo trabajé yendo a la universidad pública, así que imaginate cuál hubiera sido mi situación si no se hubiera creado la UNRC” (Entrevista 1[3], 22/05/2010)
 Los estudiantes secundarios fueron incluidos en la Comisión Pro Universidad a pedido del Dr. A. Taquini (h). Se pidió expresamente la participación de uno de ellos como representante de los secundarios de Río Cuarto y la zona.
Además de las personas nombradas,  la comisión incluirá (...) a un estudiante secundario “preferentemente de segundo o tercer año” (...) estudiante potencialmente en condiciones de integrar el plantel estudiantil del eventual campus universitario (...) (Diario El Pueblo, 28/09/69)
Inmediatamente después se realizó una primera reunión para conformar un Centro de Estudiantes Secundarios de Río Cuarto. Se eligieron representantes de cada colegio secundario de la ciudad para conformar una comisión en apoyo a la “ley Taquini”. (Diario El Pueblo, 05/10/69)
En lo que respecta a las autoridades de los dos institutos superiores existentes en la ciudad de Río Cuarto, sus docentes y alumnos, hubo reacciones diversas frente al Plan Taquini. La preocupación mayor para toda la comunidad académica era saber qué pasaría con estas instituciones y los docentes y alumnos que asistían a la misma al crearse una universidad con título nacional habilitante.
“Clara posición ante el Proyecto Taquini dio a conocer la Universidad del Centro” 1) Mantener la universidad privada con el apoyo acelerador de un aporte económico seguro, privado u oficial; 2) Crear la Universidad oficial sobre la base de la Universidad del Centro. La decisión la debe tomar el pueblo.(Diario El Pueblo, 29/08/69)
Los alumnos, por su parte, en su mayoría quienes cursaban carreras en la Universidad del Centro, adherían a la preocupación de las autoridades de dicha institución en relación al futuro de la misma. Pero, además, presentaron una preocupación propia de su condición de alumnado: qué pasaría con los años cursados si la Universidad del Centro efectivamente cerraba ante la creación de la universidad nacional.
“Nosotros éramos alrededor de 300 alumnos en la totalidad de estas 4 facultades y ya habíamos recorrido un tiempo en las aulas. Estábamos físicamente en la calle alvear 946, hoy ahí hay un establecimiento secundario. Nuestra preocupación, cuando empezamos a ver que se iba a crear una universidad nacional y nos seguimos enterando que también se daban las mismas carreras que nosotros estábamos cursando, la carrera de agronomía en mi caso, y las otras también. Nos empezamos a preocupar porque si bien no había ningún decreto que cerrara la universidad del centro  que era privada, paga, pero muy accesible digamos,  con la creación de la Universidad Nacional, por ende, se iba a cerrar la matrícula. Porque quién iba a ir a pagar la matrícula de una universidad privada versus la universidad nacional que era pública, gratuita, con un título de universidad nacional” (Entrevista 2[4] 24/05/2010)
Como pudimos observar, en la conformación de la Comisión Pro Universidad, no se tuvo en cuenta al estudiantado de los institutos superiores de la ciudad. Los estudiantes universitarios eran quiénes más dudas tenían respecto a la creación de la nueva universidad. Estar presentes en la comisión era un derecho y una necesidad, ya que sus inquietudes referían al futuro no sólo de su institución, sino de su futuro como estudiantes. El 1° de marzo de 1970, el diario La Calle publica las notas que fueron entregadas por parte del Centro de Estudiantes Secundarios, representantes de la Universidad del Centro y graduados de dicha institución, al Consejo Superior de la Universidad del Centro y a la Comisión Pro Universidad Nacional. El primer punto pedía el nombramiento de un delegado para formar parte de la Comisión Pro Universidad como representante de ese sector estudiantil. En principio, la petición fue denegada y, en consecuencia, los estudiantes comenzaron a movilizarse.
Entonces nosotros comenzamos a movilizarnos, es decir a preguntar. Se había conformado en Río Cuarto la comisión Pro universidad. (...) no fue fácil que nos aceptaran en esa comisión, razón por la cual tuvimos que hacer alguna exteriorizaciones de lo que considerábamos que era un conflicto. La primera fue una marcha del silencio que la llamamos. Pensemos que estábamos en una dictadura por lo que no se podía expresar mucho, así que tal cual lo habíamos acordado en una asamblea, hicimos una marcha del silencio con carteles que decían lo que nosotros queríamos, que era la incorporación nuestra a la Universidad Nacional de Río Cuarto. (Entrevista 2, 24/05/2010)
La movilización no obtuvo los resultados deseados. Los alumnos de la Universidad del Centro, el futuro de esa institución y la de ellos,  no estaban incluidos en los debates de la Comisión Pro Universidad. La necesidad de participar activamente y dar a conocer sus inquietudes y demandas, generó una movilización  estudiantil a largo plazo que terminó con la toma de la Universidad del Centro. 
El reclamo, en líneas generales, pedía la creación de la Universidad Nacional en base al instituto privado ya existente en la ciudad. De este modo, la comunidad de la universidad privada no quedaría desvinculada y apartada del futuro académico de Río Cuarto. Debemos mencionar, además, que la Universidad del Centro había comenzado a perder los aportes privados de la población riocuartense, ya que esta última comenzó, desde mediados de 1969, a proyectar los estudios terciarios de la ciudad directamente ligados a la universidad nacional.
La preocupación por saber qué pasaría con el futuro de la Universidad del Centro tras la creación de la Universidad Nacional en Río Cuarto, traspasó el circuito académico. La  filial riocuartense de la Federación Agraria Argentina, presentó una carta ante el actual intendente de dicha localidad expresando sus inquietudes respecto el tema en cuestión, la cual fue publicada en uno de los diarios locales.
Esta filial de Federación Agraria Argentina, compenetrada de todas las inquietudes del agro en la zona de Río Cuarto, por su potencialidad económica y por su estratégica posición geográfica, halla en ella un eco favorable. Pero hay que tener en cuenta que esta ciudad posee en pleno funcionamiento, un ente privado que es orgullo para toda la ciudadanía. Se trata de la Universidad del centro que está reconocida por el Superior gobierno de La Nación. Crear otro organismo con iguales características podría ser una redundancia: en todo caso consideramos que se podría ampliar la ya existente. (Diario El Pueblo, 14/09/69)
En la tapa del Diario El Pueblo con fecha de 20 de marzo de 1970, se informa que el Ministro de Educación ha anunciado la creación de dos nuevas universidades en el país. Esta noticia se dio a conocer unos días después de que la Comisión Pro Universidad Nacional en Río Cuarto mantuviera una reunión con el Presidente de facto, el General Onganía. La primera de ellas estaría ubicada en la ciudad de Río Cuarto, tomando como base la Universidad del Centro. Por su parte, la segunda universidad se crearía en la ciudad de Neuquen, tomando como base la universidad provincial de dicha región, y se llamará Universidad del COMAHUE.
El proyecto de la Universidad Pampeana ubicada en la ciudad de Río Cuarto estaba finalmente en marcha. Los estudiantes de la Universidad del Centro lograron tener un representante en la Comisión Pro Universidad, pero ese fue sólo el primer paso de un largo trayecto que recorrieron quienes formaban parte del naciente movimiento estudiantil en la ciudad del sur de Córdoba. Una vez incorporados, comenzaron los debates respecto a qué pasaría con la universidad privada y su respectiva comunidad académica. Concretamente, los estudiantes de la Universidad del Centro pedían que se le fuese reconocida la trayectoria académica que habían mantenido durante estos años en dicha institución.
Bueno, tuvimos la posibilidad de que dos representantes nuestros, es decir del alumnado, estuviera presente en esa comisión. Concretamente era, por el alumnado era el Ingeniero Eduardo Astorga y también estuvo, en algunos momentos, en calidad de docente, el Ingeniero Lenardon. Lo concreto es que nosotros estábamos pidiendo que se nos reconociera nuestra currícula, es decir, lo que habíamos cursado. Que nos incorporasen a la enseñanza oficial, que pudiéramos terminar y obtener un título. (Entrevista 24/05/2010)
Este pedido no era factible para quienes estaban llevando acabo el “Proyecto Taquini”. Debemos tener en cuenta que una de las mayores y principales motivaciones que llevó al Dr. Taquini (h) a crear dicho plan fue el conflicto existente entre la universidad académica y la universidad profesional. De este modo, la UNRC, como todas aquellas que se proyectaban y que finalmente fueron creadas, estaban pensadas para ser nuevas universidades con una rigurosidad científica y académica  lo más desarrollada posible. Si bien la Universidad del Centro tenía la aprobación nacional y validez de título de estudios superiores, en un principio las autoridades fueron reacias a reconocer no sólo la currícula de los alumnos, sino también la posibilidad de los docentes locales para dar clases en la Universidad Nacional.
El conflicto entre las autoridades de la futura universidad y los estudiantes riocuartenses siguió profundizándose a medida que se concretaba el proyecto de la nueva casa de estudios pero no se daban a conocer respuestas frente a las inquietudes planteadas. Fueron varios los intentos del estudiantado por lograr respuestas concretas a sus inquietudes. Hubo reuniones con el Subsecretario de Coordinación Universitaria del ministerio de Cultura y Educación de la Nación, el Ingeniero Hardoy. Pero las respuestas de este rondaban en la indeterminación. El ingeniero, en su visita a la ciudad y en una charla con las autoridades locales, había manifestado su postura frente al debate de la ciudad respecto a la universidad privada y la nueva universidad nacional. Para él, no habría ningún inconveniente en que siguiera el normal funcionamiento de esta institución en paralelo con la Universidad Pampeana.
Frente a continuas respuestas sin soluciones, los alumnos de la Universidad del Centro continuaron desarrollando medidas de fuerza para lograr destrabar el conflicto.
(...) continuaban nuestros pedidos, nuestras solicitudes, hicimos una toma de nuestra universidad. (...) Tuvimos algún tipo de apoyo en cuanto, por ejemplo por parte del comercio. Más allá de que lo necesitáramos, queríamos instalarlo en la sociedad, íbamos a pedir comida, ya sea fideos, polenta, algo para hacer esa olla popular ahí dentro de la universidad para que Río Cuarto supiera que, si bien aplaudíamos la nueva universidad, estábamos contentos, qué pasaba con nosotros que ya teníamos, en mi caso tres años cursado, que se suponía que si no lo reconocían, tenía que empezar de nuevo. Y así ocurría con gente que hacía 4 o 5años que estaban dentro de la universidad. (Entrevista 24/05/2010)
La toma de la Universidad del Centro realizada el 22 de abril de 1971, fue publicada en los dos diarios locales. La noticia llegó a todos los ciudadanos riocuartenses y logró instalarse como problema local, regional y nacional dentro de la agenda pública. Dentro del área local, los representantes de este sector comenzaron a ser más escuchados en la Comisión Pro Universidad. En el área nacional, por su parte, generó un gran debate y se concretó un encuentro con el Ingeniero Hardoy para tratar el problema. El mismo les proponía a los estudiantes, como solución, que la Universidad del Centro siguiera funcionando hasta que la graduación de la última cohorte de alumnos que actualmente estaban cursando carreras en la universidad privada. Pero la situación económica de este instituto era cada vez peor y tampoco se conseguía el apoyo estatal para mantener a la institución hasta tanto se graduara la última promoción.
Los estudiantes en lucha, tras largos debates en asamblea continuaron con la medida de fuerza adoptada hasta el día 25 de abril. En esa fecha, y tras una asamblea de la cual fueron partícipes la mayoría de los estudiantes, los mismos decidieron profundizar la lucha tomando como medida comenzar una huelga de hambre.
El último evento fue una huelga de hambre que hubo en los laboratorios de la universidad (...) Allí fuimos trece los que decidimos hacer la huelga de hambre. Hay que recordar que había mucha gente de afuera estudiando ya instalados en pensión. Yo fui el único d Río Cuarto. El resto lo vivía de una manera más intensa porque sus padres habían puesto todo lo que tenían  para ayudarlos, para pagarles la pensión, para pagarles los estudios. Entonces ver de pronto que todo se podía perder de un día para el otro, fueron ellos quienes estuvieron ahí en mayoría y bueno, yo por una cuestión de identificarme y de sentirlo también me adherí a esa huelga de hambre que duró 52hs. Tuvimos la presencia, primero de docentes que nos hacían algún tipo de acompañamiento en cuanto a la parte física, de un médico. Los medios de comunicación también estuvieron presentes. Creo que esto sumó a las expresiones anteriores esta huelga de hambre. (Entrevista 2, 24/05/2010)
Estos últimos hechos no trascendieron en las noticias de los diarios locales. Todos ellos datan de una toma pacífica en la sede de la Universidad del Centro. Si bien lo fue, ya que no hubo incidentes violentos entre la policía y los estudiantes, estos últimos tuvieron que profundizar su lucha y tomar una nueva medida de fuerza para que realmente tomaran en cuenta su pedido y les ofrecieran una solución. Esto es, la incorporación a la Universidad Nacional de Río Cuarto.
El 1° de mayo de ese mismo año, estaba prevista la visita del Presidente de facto, Gral. Lanusse a la ciudad de Río Cuarto. En ese viaje firmaría el acta que daría inicio a la tan esperada universidad. La gran expectativa de su visita por parte de la población se sumó a las medidas de fuerzas que había llevado adelante el estudiantado. Era un momento histórico para la comunidad riocuartense por un lado, y para el país por el otro. Se daría inicio a un proyecto nacional de universidad que había sido realizado y desarrollado desde el año 1968. El problema local seguía sin resolverse. El día 25 de abril, comenzaron a surgir posibles soluciones al conflicto que había dividido aguas en la ciudad.
Tras largas deliberaciones desarrolladas en horas de la mañana y la tarde de la víspera, en las cuales intervinieron el subsecretario de Coordinación Universitaria del Ministerio de Cultura y Educación de la Nación, ingeniero Eduardo Hardoy; el intendente municipal, Sr. Moisés Pérez, delegados de instituciones representativas de la ciudad (Centro Comercial e Industrial, Sociedad Rural, Federación Argentina de Cooperativas Agrarias, clubes de servicio, cámaras empresarias, etc) y delegados de los estudiantes de las tres facultades y Escuela de Servicio Social Rural de la Universidad del Centro, se habría arribado, en principio, a una solución justa y equitativa para el problema que afecta a los alumnos de la mencionada casa de altos estudios local, quienes, para la noche, ocuparon la sede del establecimiento, medida de fuerza, que sin lugar a dudas, conmocionó a nuestra población. (Diario El Pueblo, 26/04/71)
Finalmente, Lanusse visitó la ciudad de Río Cuarto el 1° de mayo de 1971. Frente a una multitud que lo aclamaba y alzaba banderas a favor de la universidad nacional en la Plaza Olmos de la mencionada ciudad, el Jefe de Estado firmó la Ley de la creación de la Universidad Nacional de Río Cuarto. Una vez solucionado el problema que había dividido la ciudad durante los últimos años, las fuerzas vivas demostraron estar unidas frente a este proyecto que se llevaría acabo definitivamente.
Es así que cuando se crea la universidad y se pone en funcionamiento, nosotros pasamos a ser estudiantes de la UNRC reconociéndonos nuestra currícula, todo lo que habíamos hecho hasta el momento e incluso se nos reconoce el plan de estudios por el cual nosotros íbamos a terminar. Los docentes en ese momento quedaron un poco dolidos, muchos porque nos decían que el movimiento y todo lo que habíamos hecho era solamente para los estudiantes. Cosa que ahora pienso que podríamos haber juntado filas, pero en ese momento nosotros pensábamos que “ellos tienen el título y se pueden defender, nosotros no”. Mucho de esos docentes después fueron contratados y pasaron a ser docentes de la universidad. (Entrevista2,  24/05/2010)

Reflexiones finales
Después de lo desarrollado, podemos dar cuenta de lo importante que fue la creación de la Universidad Nacional en la ciudad de Río Cuarto. La misma generó un cambió en lo político, en lo económico y en lo social en la ciudad.
Por un lado, pudimos observar que existía una real necesidad por parte de la comunidad riocuartense por la falta de una universidad nacional pública y gratuita en la zona. Si bien es cierto que la Universidad Nacional de Córdoba está ubicada en la capital de dicha provincia, a sólo 240 km de la ciudad de Río Cuarto, sólo algunos sectores podían estudiar en la misma. La posibilidad de comenzar estudios universitarios en la capital provinciana implicaba, además del desarraigo familiar y social, un esfuerzo económico por parte de la familia del estudiante. Es por ello que, muchos de los estudiantes de la Universidad Nacional de Córdoba eran, a su vez, trabajadores: actividad que realizaban, muchas veces, para poder sostener sus estudios superiores. La otra opción que tenían quienes querían seguir estudiando, pero que carecían de la posibilidad de irse a vivir a otra ciudad, era seguir sus estudios en la Universidad del Centro o en el Instituto Superior de Ciencias. Pero como ya fue mencionado, ambas casas de estudios eran privadas y pagas. Si bien la Universidad del Centro no sólo era financiada por los alumnos que asistían a la misma, sino que también recibía aportes económicos por parte de la comunidad riocuartense que apoyaba y sostenía ese proyecto educativo, la posibilidad de asistir a esa institución seguía estando restringida para algunos sectores. En este sentido, la posibilidad de estudiar en una Universidad Nacional, no sólo beneficiaría a la población de Río Cuarto, sino a toda la región.
En lo que refiere al aspecto netamente académico, el Plan Taquini demostró ser un proyecto a largo plazo que benefició a la comunidad del sur de la provincia de Córdoba y su zona de influencia. En ese sentido, la proyección de los autores de dicho plan y el afán por crear la universidad en la ciudad riocuartense, fueron iniciativas que trajeron resultados positivos. Efectivamente la región pampeana de nuestro país tenía poco y nada de explotación, desarrollo e influencia en la economía argentina. Eran prácticamente nulas las universidades que ofrecían carreras específicas del sector agropecuario. No casualmente se había formado la Universidad del Centro en la ciudad de Río Cuarto, brindando, dentro de su oferta académica, la carrera de Ingeniería Agrónoma.
De acuerdo a lo desarrollado por el Dr. A. Taquini (h) en su libro “Nuevas Universidades para un nuevo país” (1971), la creación de la Universidad Nacional en Río Cuarto traería desarrollo científico académico, pero también desarrollo cultural y social. Claramente, la UNRC trajo consigo un desarrollo cultural y social en la ciudad de Río Cuarto. Si bien la zona de influencia estuvo bien delimitada, quienes formarían parte de la población estudiantil en la ciudad de Río Cuarto traspasaron esos límites. Jóvenes de todo el país viajaban en busca de la oferta académica con orientación agropecuaria y veterinaria y con la posibilidad de tener un título nacional habilitante. Río Cuarto se convertiría así en una ciudad universitaria, con un intercambio social y cultural propio de ciudades con dichas características.
Un antes y un después en la cuidad de Río Cuarto. Culturalmente por ejemplo, comenzaron a escucharse tonadas distintas, yo digo que esto tiene que ver con las procedencias. Y culturalmente  uno se enteraba que las empanadas mendocinas tenían cebolla, que las salteñas tenían papas, en fin, cosas que hacían un poco a la vida del estudiantado. O por ejemplo que el almacenero de la esquina les fiara porque no recibían el giro, pero sabían que les iban a pagar porque no estaban de paso, sino que eran estudiantes. Muchos también vieron el negocio, acondicionaron el garage para alquilarla como habitación. Y creo que esto le dio otra impronta a la ciudad de Río cuarto. (Entrevista 24/05/2010).
El predio del campus universitario de Río Cuarto había sido donado. Con un total de 165 hectáreas, la universidad de Río Cuarto fue creada a 6km del centro de la ciudad. Se pensaba crear una ciudad universitaria al interior del campus, para lo cual se construirían viviendas para estudiantes y docentes dentro del mismo. Pero la población estudiantil traspasó esos límites y convirtió a la ciudad en su totalidad en un lugar universitario. Como ya mencionamos, paralelamente hubo un desarrollo cultural y social en la ciudad. Asimismo, la política universitaria también comenzó a vivirse en la ciudad. Las movilizaciones estudiantiles forjadas al calor de la lucha por la creación de la universidad nacional y que terminaron con una huelga de hambre que duró 52 hs, no fueron coyunturales. El movimiento estudiantil se había conformado en Río Cuarto y había decidido quedarse.
En este sentido, cabe preguntarse cuáles fueron las causas que dieron origen a la creación de nuevas universidades en el país y cuáles sus consecuencias. Si bien es cierto que en el desarrollo teórico del plan los autores no dan cuenta de la coyuntura política que vivía la argentina en esos años, no podemos dejar de lado el hecho de que fueran creadas bajo un régimen militar, después de los episodios vividos en el año 1969.
A partir de 1955, la universidad en la Argentina comenzó un proceso de masificación. La universidad de masas, trajo como consecuencia problemas relacionados con la excelencia académica y la rigurosidad científica, problema que aquejaba al Dr. A. Taquini (h) y que motivó el desarrollo de su plan de nuevas universidades. Si bien esto puede haber sido un problema real, no podemos dejar de pensar la universidad como parte de la sociedad y no como un ente aislado. A partir de 1966, hubo una clara política por parte del gobierno de facto hacia las universidades. El conflicto político en el país se profundizaba día tras día. Los estudiantes y los obreros eran los actores principales en la escena política. La necesidad del gobierno por desmovilizar al estudiantado se hacía visible día tras día con las medidas adoptadas en las principales casas de estudio del país. La noche de los bastones largos, el 26 de julio de 1966 marcó una política universitaria que no cesó hasta la renuncia del Presidente de Facto, el General Onganía en el año 1970. De este modo, entonces, cabe preguntarse si el “Plan Taquini” y la creación de la UNRC hubieran sido concretados en otro contexto político y con otro gobierno de turno.   
Creemos que la presentación del Plan Taquini, si bien fue creado por fuera de la arena política, logró insertarse en la agenda pública y finalmente llevado a cabo en ese momento histórico en particular.
Y si efectivamente el Plan Taquini surge como opción, por parte del gobierno, de desmovilizar y disgregar al movimiento estudiantil; específicamente en el caso de la UNRC, de desmovilizar y disgregar al movimiento estudiantil de Córdoba y Rosario, debemos preguntarnos si se lograron esos objetivos o no.
La realidad de la Universidad del Centro distaba mucho de la realidad vivida en las universidades nacionales del país. Los estudiantes no estaban organizados políticamente, y el centro de estudiantes que lograron crear sólo se dedicaba a fotocopiar apuntes. No había reclamos concretos hacia la casa de estudios, ni cuestionamientos a los planes de estudio. La Universidad del Centro era privada, y jamás se habían vivido situaciones tensas por parte del estudiantado dentro de la institución. El primer hecho emblemático fue la “marcha del silencio” que realizaron los estudiantes y, posteriormente, la toma de dicha institución. Por ello también, como pudimos observar en uno de los diarios locales, se hizo tanto énfasis en la solución del problema que “tanto ha conmocionado a la ciudad”. Debemos señalar, por su parte, que estos hechos fueron caracterizados por los medios locales como hechos “pacíficos”. A diferencia de las noticias publicadas sobre las tomas universitarias y los levantamientos estudiantiles violentos en Córdoba capital, en ningún momento fueron caracterizados de ese modo.
Respecto a este tema, uno de los entrevistados comentó que cuando se da a conocer la noticia de la creación de la UNRC, hubo dos reacciones claras dentro de la comunidad riocuartense. Por un lado, la población aplaudió enérgicamente esta iniciativa, posición que ya fue desarrollada en este trabajo. Por otro lado, hubo otra posición en desacuerdo, ya que una universidad nacional en la ciudad pondría fin a la “tranquilidad” que caracterizaba a la zona.
Cuando acá en Río cuarto se anuncia esto del Plan Taquini, que ibamos a tener un Universidad nacional, hay como dos reacciones: La primera, la más fuerte es “sí, vamos a tener una universidad, vamos a ser importantes, los chicos no se van a ir (léase los estudiantes) no se van a ir a Córdoba, porque Córdoba es peligroso. En Córdoba ha habido un cordobazo, los queremos tener acá cerca, controlados.” La gente de la zona también iba a mandar a sus chicos a Río Cuarto y no a Córdoba. Y alguno otros que decían, si bien eran pocos los escuché, decían “se terminó la tranquilidad en Río Cuarto”. Eso tenía que ver con lo que uno había visto en blanco y negro en el televisor lo que ocurrió en el cordobazo. (Entrevista2,  24/05/2010
En efecto, Río Cuarto y su nueva universidad, comenzaron a vivir una nueva etapa. Los lazos sociales que se establecieron entre el estudiantado y la sociedad, por un lado, y dentro del estudiantado mismo, por el otro, marcaron la década de 1970. La situación política nacional de esos años, favoreció el intercambio político – cultural. El campus universitario estuvo lejos de poder contener al estudiantado dentro de la ciudad universitaria. Por el contrario, cada vez más se intentaba hacerles llegar al resto de la población lo que ocurría puertas adentro.
Se comienza a ver un poco la diferencia entre lo que significaban las asambleas dentro de la universidad, y cómo repercutía en el afuera: las peñas en las casas de estudiantes, de los muchachos; el hablar diariamente de la situación actual, argentina, latinoamericana a nivel mundial. Es decir, había otro contexto que hacía que la vida del universitario, dentro y fuera, era distinta, distinta a lo que había sido la ciudad de Río Cuarto con una tranquilidad que caracteriza un pueblo grande, una ciudad chica (Entrevista  2, 24/05/2010)
La creación de nuevas universidades, no sólo hacía alusión al aspecto cuantitativo, sino que apuntaba, principalmente, a un nuevo modelo de universidad cualitativamente diferente. Ante todo, el cambio debía focalizarse, como ya mencionamos, en la oferta de carreras. Si se quería erradicar la universidad de masas, la oferta de carreras debía ser diferente del de las grandes universidades nacionales. Es por ello que las primeras carreras de esta institución estuvieron lejos de pertenecer a las carreras profesionalistas y con orientación en ciencias sociales. En efecto, el acuerdo con los estudiantes de la Universidad del Centro se dio cuando fueron reconocidas por la Universidad Nacional de Río Cuarto todas las carreras de la institución privada. Pero en la práctica, quedó sin vigencia la carrera de trabajo social que se dictaba en esa misma institución. Uno de los principios de la Nueva Universidad sostenía la necesidad de crear profesionales que pudieran insertarse en el medio laboral y fueran productivos al desarrollo regional. Dentro de este esquema, la carrera de trabajo social no debía quedar por fuera de la oferta académica. Podemos pensar que erradicarla, fue un intento de erradicar toda orientación social dentro del estudiantado junto con la carrera.
En ese momento una de las consignas nuestras era “erradicar el tecnicismo y el cientificismo”, tomando estos “ismos” como una cuestión no deseada. Casualmente, la falta del contenido social que se le puede dar a las diferentes carreras, tratamos de irlo salvando con una materia que se puso obligatoria que se llamaba estudios de la Realidad Universitaria Latinoamericana, creo que era así el nombre. Esta materia se le daba obligatoria a todos y tenía que ver con lo que se estaba estudiando en relación a la realidad. En la misma yo participé como ayudante alumno y muchos la aceptaban y otros no. Otros venían ya muy formateados a estudiar lo que tenían que estudiar y no tenían porqué detenerse en conocer otras realidades o que su futuro titulo no tenía que ver con la sociedad, que era un poco lo que a nosotros nos interesaba en ese momento. Yo creo que el hecho de haber estado diseccionada a la cuestión más técnica, y no darle lugar a las carreras sociales. Incluso tenían que ver con un proyecto desarrollista, de producción, de lo que iba a salir de esta fabrica, es decir, los puestos de trabajo estaban destinados a ese proyecto. (Entrevista  2, 24/05/2010)
La UNRC, como ya mencionamos, estaba pensada estructuralmente como campus. La universidad de Río Cuarto fue creada bajo la modalidad de departamentos y no bajo facultades. Dentro de los departamentos se dictaban las distintas carreras. A su vez, las materias eran dictadas por los departamentos al cual correspondiera el tema en cuestión. Es decir, la materia matemática era dictada en el departamento de matemáticas, pero a la misma asistían todos aquellos alumnos, de diferentes carreras que tuvieran esa materia en su plan de estudio. Esta modalidad, desconocida en el país hasta el momento, generaba cierta apatía entre los estudiantes, ya que sólo se veían esporádicamente y sin siquiera pertenecer a la misma carrera de grado. Siguiendo el análisis político del momento histórico en el que surge la UNRC, podemos pensar que se trataba de un mecanismo más de disgregación del movimiento estudiantil. 
Porque si asistíamos a una clase de matemáticas, química o física, era muy probable que estuviéramos asistiendo estudiantes distintas carreras. Si bien, por un lado, uno interactúa con otros,  pero era muy fugaz; tenía la clase y después me iba a otra clase y ahí a lo mejor sí estaba con mis compañeros de agronomía y después iba a otra clase... es decir, que esa cuestión del grupo, del delegado, de tener problemas comunes, para mi que no sedaba ahí porque se trataba de que fuera lo menos posible esta cuestión de la interacción, era muy puntual y ahí se terminaba. Entonces no se podía tener el delgado o hacer una petición, correr un parcial o que no nos gustaba como daba la clase un docente o el material no era pertinente. Creo que esto también tenía que ver con esta idea de esta nueva universidad que, bueno, fue realmente un cambio. (Entrevista 2, 24/05/2010)
Si la departamentalización de la universidad fue un intento más de disgregar al estudiantado, podemos dar cuenta de su fracaso como política universitaria. Por el contrario, esta modalidad no hizo más que generar un movimiento estudiantil organizado en la Universidad Nacional de Río Cuarto.
(...) en 1973 empezamos con los primeros escarceos para organizarnos estudiantilmente, justamente, al menos en la cuestión de ciencias económicas, de esa mezcla que nos perjudicaba en la carrera de ciencias económicas. Yo fui uno de los primeros que estuvo entre esos primeros “dirigentes”, éramos alumnos con ciertas inquietudes. Lo que si recuerdo es que la primer comisión directiva que tuvo nuestro centro de estudiantes, que se llamó CECE, siempre (Centro de estudiantes de Ciencias Económicas). Nuestro primer presidente fue Daniel B.  y el luego tuvo que exiliarse del país. Y si mal no recuerdo, nuestro segundo presidente fue Jorge Alberto M. que es contador también, Daniel no terminó la carrera porque se tuvo que ir. (Entrevista 1, 22/05/2010)
La actividad política estudiantil dentro de la UNRC comenzó a tener cada vez más fuerza. La realidad de las grandes universidades nacionales comenzó a estar presente en esta Nueva Universidad. Las asambleas y las discusiones políticas formaban parte de la vida cotidiana de los estudiantes y de la institución.
La movilización del estudiantado se empezó a vivir acá. Por eso hablaba del 72, 73 hasta el 75 donde se vivió intensamente esta cuestión de la vida universitaria que excedía el estar sentado en un banco. Comenzamos a ver que había distintas agrupaciones, los partidos políticos empiezan su vida cotidiana en el 73. Estaban los tradicionales, Franja Morada, MNR, el PC, dentro del peronismo había variantes, La Tendencia, La JUP (a la cual yo pertenecí), el Peronismo de base que era mucho más radicalizado, el FIP con su agrupación que se llamaba AUN. En general eran esas las expresiones que uno en una asamblea, lugar en donde nos veíamos, confrontábamos, debatíamos, nos veíamos; además de todo lo que implicaban los grafittis, las panfleteadas y las revistas que tenía cada agrupación. (…) Si. Por su puesto, tenés los que participan y los que no. Pero si había un diario del quehacer de la vid apolítica universitaria. De pronto estábamos discutiendo la ley de las universidades, como así también los planes de estudio, la relación de la universidad con el medio. (Entrevista 24/05/2010)
La Universidad Nacional de Río cuarto fue la primera Nueva Universidad del país. En un campus universitario, y bajo la modalidad de departamentos, comenzó a funcionar en 1972. Pero ni el hecho de estar alejada de la ciudad, ni la departamentalización de carreras, materias y consecuentemente, la “departamentalización” de estudiantes, logró acabar con la tradición universitaria del país: la lucha y organización del movimiento estudiantil.

Bibliografía
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Diarios

  • El Pueblo
  • La Calle

Publicaciones Institucionales

  • Ministerio de Educación y Cultura, Estudio para la Creación de la Universidad Nacional de Río Cuarto. Informe Preliminar, 1970
  • UNRC, Doctrina – Organización – Plan de Desarrollo, Vol. 1-8, 1971
  • UNRC, Síntesis de Gestión Comisión Pro Universidad Nacional, 1971
  • UNRC, Dossier 30 Aniversario, 2003



[1] Comunicado del Centro Comercial de Río Cuarto en apoyo al proyecto Taquini, publicado en el diario El Pueblo el día 11/09/69
[2] Tuvimos acceso a los manuscritos enviados a la Comisión Pro Universidad adhiriendo al Proyecto Taquini y la creación de la Universidad Pampeana. No sólo de instituciones y organismos de la ciudad de Río Cuarto, sino también de localidades cercanas, como por ejemplo La Carlota, Laboulaye, Berrotarán, entre otros.
[3] Integrante del Centro de Estudiantes de Ciencias Económicas en 1972, actualmente docente de la UNRC

[4] Ingeniero Agrónomo. Estudiante de 3er año de la Universidad del Centro en 1969, alumno de la UNRC en 1971, preso político entre 1976 y 1983, actualmente docente en la UNRC









Año 1971. Estadio del Club Asociación Atlética   Estudiantes.  
Primeros juegos deportivos inter universitarios del país.  El Presidente Comisión 
Pro Universidad. Ing. Alberto Luchini  y el Sr. Victor Yoma,  reciben al remero deportivo  
campeón olímpico de remo, Alberto Demili.y le entregan medalla recordatoria
 ante un estadio repleto que admiraba  al gran deportista que era una 
de las máximas figuras  del país. 








Año 1972  El Ing. Alberto Lucchini informa al Ministro de Educación de la nación,
 Dr. Gustavo Malek y señor Nestor Rojo en representación de la CGT  sobre el desarrollo
 de las obras de infraestructura que se desarrollaban en el Campus. 


El Ing. Alberto Luchini y los integrantes de la Comision Fundadora recorriendo
las instalaciones de la UNRC de  reciente construcción.  ( Fotografía . Eduardo Tirrel) 



                                                                                  Portada  primitiva de la UNRC


Raíces de la Universidad Nacional de Río Cuarto


 Entrevista realizada en  LV16 Radio Río Cuarto por el escritor Walter Bonetto   al Señor Víctor Yoma, uno de los referentes de la gestión por la Creación de la Universidad Nacional de Río Cuarto.


(Septiembre 2015)                                                              - PRIMERA PARTE -


¡Buenas noches amigos!, Como en cada domingo Walter Bonetto los saluda muy cordialmente y les agradece estar en sintonía con esta radio amiga para compartir este espacio que lo llamamos  “Por los Senderos de La Historia”. 

Hoy vamos a iniciar un tema de la historia local, una historia relativamente reciente, pero conmovedora, interesante, que tiene episodios que no deben quedar en el olvido, para eso hemos invitado a un señor que tiene mucho conocimientos vinculados  con la creación de la Universidad Nacional  de Río Cuarto en el año 1971,  donde existió luego de la creación  un antes y un después para esta ciudad. Generalmente “el antes” es un poco desconocido o por lo menos olvidado,  así es como pretendemos rememorarlo con gente que fue protagonista y que luchó por aquella creación.

Debemos entender que la Universidad no llegó sola, llegó porque hubo inquietudes de los años 60 en adelante; a fines de aquella década se formó una comisión que se llamó: Pro Universidad. Por eso está con nosotros el señor Victor Yoma quien nos narrara sus experiencias.


Buenas noches señor  Víctor Yoma y muchas gracias por concederme esta entrevista.

¿Cómo comienza la gestión de la Universidad Nacional de Río Cuarto?

—  Buenas noches Walter, y gracias a usted por invitarme. Lo de la gestión de la Universidad Nacional Rio Cuarto comienza en el año 1969 con episodios que se fueron encadenando de una manera singular, si bien hubo mucha lucha y tensiones, también se dieron una serie de circunstancias favorables que al final fueron allanando el camino, dado que  por aquellos años había un grupo de académicos que pensaban que el país debía contar con nuevas universidades.

¿Cómo llega a Río Cuarto el proyecto de nuevas universidades?

—  Mire, debo decir primero que  en el mes de noviembre del  año 1968 en la finca Hamay Huasi, de  Chilecito, provincia de La Rioja, la Academia del Plata   convoca a un coloquio muy numeroso de destacados y brillantes académicos  que plantean propuestas para el desarrollo del país en diversas aéreas, en el área educativa le correspondió la disertación  al Doctor Alberto Taquini (h), que en ese momento era el Decano de la Facultad de Farmacia y Bioquímica de la Universidad Nacional de Buenos Aires, junto con un grupo de docentes y académicos desarrollaron un proyecto de nuevas universidades. El fundamento principal era que en ese momento –año 1968-  Argentina contaba con ocho universidades nacionales superpobladas de estudiantes y era necesario descongestionarlas para lograr una mejor educación superior.
El doctor Taquini, propone “Nuevas universidades para un nuevo país”. La idea era primero descomprimir la superpoblación de las universidades existentes, la propuesta era analizar cada región y diseñar un proyecto de universidades  que armonizara con las características de cada región. El plan presentado tuvo amplia aceptación por todos los participantes.

¿Luego de esa reunión sale un libro?

— Sí, Así es, el autor del libro es el Dr. Taquini y también colaboraron otros profesionales. Lo edita la Academia Nacional de Educación, está en sitios de internet. El libro se llama “Nuevas universidades para un nuevo país”.  Entre las propuestas, había una para una universidad en la  la zona pampeana con la perspectiva de ubicarse en Santa Rosa de La Pampa, o en Río Cuarto.  Vale la pena mencionar  que aquí en Río Cuarto se encontraba funcionando la Universidad del Centro, la cual formó a muchos profesionales. Esto  fue excelente idea, pero el desarrollo de un instituto de enseñanza de ese nivel, requiere de recursos que no disponían porque el estado nacional no aportaba ningún presupuesto, por lo tanto resultaba difícil su sostenimiento y  expansión.

Sr. Yoma. Considero que es tanto lo que podríamos hablar; porque sé que es tanto lo que usted sabe, y es muy interesante, más aún si consideramos  que mucha gente no tiene conocimiento sobre los trasfondos de la lucha por la creación de la UNRC.  En principio le deseo preguntar ¿Cómo nace en Víctor Yoma trabajar en la Comisión pro Universidad Nacional de Río Cuarto?



          
…“cuando llegó el Gobernador a la plaza, nunca había pensado que iba a haber tanta gente esperándolo, fueron alrededor de diez mil  personas que lo impactaron..."…”




Sr. Víctor Yoma Integrante de la Comisión Pro Universidad Nacional de Río Cuarto y gestor  del “Plan Demostración I” que recibió al Gobernador de Córdoba y le pidió el apoyo para la Universidad de Río Cuarto. El objetivo del Plan Demostración era demostrarle al Gobernador el interés de la gente de Río Cuarto por contar con una Universidad Nacional.



—  Yo tenía mucha relación con el doctor Barbero quien era el abogado de mi empresa y en ese tiempo  era el Secretario de Gobierno de la municipalidad. Fue en el estudio de él, me dice que estaba dando vuelta esta idea de la creación de una Universidad Nacional y a mí eso me entusiasmo mucho porque veía en ella la formación de futuras generaciones de jóvenes y un gran beneficio para Río Cuarto y su zona. Ahí recibí la primera información de que estaba el proyecto de crear nuevas universidades, que había sido diseñado en el año 1968, en un coloquio de intelectuales y entonces él me explicó  sobre el proyecto y me señaló  la labor del doctor  Taquini.

¿Usted, quedó   entusiasmado con esa idea?
—  Por supuesto, eso despertó mi ilusión,  uno soñaba con que en Río Cuarto se instalara una Universidad Nacional, nos hacía mucha falta.

¿Y cómo se expande aquella idea?
— Mire, yo lo que sé que  en un momento dado el doctor  Taquini  entregó  su proyecto a la Presidencia de la Nación, junto con su libro que había escrito sobre las nuevas universidades y ocurre  una circunstancia feliz. Usted sabe que  el Edecán Aeronáutico del Presidente Ongania, era el Vicecomodoro  Raúl Boheler, un militar de la Fuerza Aérea, que en un momento dado tiene oportunidad de interiorizarse  del proyecto, donde proponía la creación de nuevas universidades, una de ellas a la que denominaba “Pampeana”, que podía ser tramitada en Santa Rosa de La Pampa  o en  Río Cuarto. El Vicecomodoro  Boheler que  era riocuartense, hijo de una familia muy prestigiosa de nuestra ciudad, no perdió tiempo, y tomó   como meta hacer conocer en su ciudad esta gran posibilidad, así fue como llega a Río Cuarto y se le presenta al Intendente municipal que era el Ingeniero Renato De Marco. El Intendente  queda  sorprendido,  porque lo buscaba una mañana el Edecán del Presidente de la Nación, pero no venía enviado por el Presidente , y así lo aclaró el visitante, traía una inquietud personal y entregó  el libro con el proyecto del Dr. Taquini al Ing. Renato De Marco y se fue el edecán quedando a disposición del Intendente para colaborar en lo que precisara,  así es que nace la gran inquietud.
El proyecto fue llevado al Colegio Industrial, donde el Rector estaba de licencia ya que era el intendente de la ciudad. Pero fue analizado los docentes de la escuela industrial, hablaron del tema, sin haber una certeza de que pudiese tener eco en Río Cuarto, dado que había ya ocho universidades nacionales en el país. La inquietud quedó flotando en el ambiente y había mucha gente entusiasmada en no desperdiciar la oportunidad. Ahora bien, sucedía  que el día 11 de noviembre, día de la ciudad, viene el Gobernador Huerta a visitar Rio Cuarto, siendo una buena oportunidad para pedirle colaboración y  ayuda de la provincia acerca del proyecto de la Universidad. Ante esta situación  se hicieron una serie de reuniones en la Municipalidad de las cuales fui invitado a participar junto con el doctor Barbero que era el Secretario de Gobierno. Para el día de la Ciudad, el ingeniero De Marco sugirió realizar una reunión en el Salón Blanco al terminar  el discurso del gobernador; proponía hacer esta reunión con docentes empresarios y gente que este en el tema, pidiéndole adhesión y colaboración para peticionar sobre una Universidad Nacional. Yo le sugerí al Intendente hacer otra cosa, que armonice con semejante posibilidad, le dije que para mí había que llenar la plaza Olmos, me dijo el que no tenía sentido, porque  sería  imposible,  ya estábamos sobre la fecha.  Yo era un convencido  que era importante informarle a la gente lo que podía llegar a suceder y quería hacer algo.  Al final salí con aquella idea  y yendo a la casa de mi abuela que vivía cerca de la municipalidad iba pensando sobre los recursos disponibles y sobre la posibilidad de hacer una gran convocatoria: la municipalidad tiene imprenta, se pueden realizar volantes, la nueva radio tenía un gran alcance, teníamos dos diarios, la posibilidad de seguramente contar con el apoyo de las instituciones educativas.  Además el centro de estudiantes del colegio Normal fue un gran eslabón, teníamos el apoyo de los jóvenes. Necesitábamos a la policía de tránsito que esté presente ese día, queríamos que todas las instituciones de la ciudad y localidades vecinas estén en la Plaza Olmos.  El objetivo era demostrarle al gobernador la vocación que tenía la gente de Río Cuarto para algo de esa magnitud yo quería contribuir y trabajar por esa idea así que me senté al frente de la máquina de escribir y comencé a redactar lo que llamé “Plan de Demostración” en donde apostaba lo que los riocuartenses podríamos demostrarle a nuestras autoridades sobre la necesidad de contar con una Universidad. Al final, a las horas , cuando presenté el escrito y les dije que podríamos hacer la gran convocatoria,  logré el apoyo de las autoridades, y junto a colaboradores trabajamos mucho en tan pocos  días que nos quedaban,  en organizar el acto y llenar la Plaza Olmos, lo que fue todo un éxito.

¿Y qué paso el 11 de noviembre?
— Estaba muy ansioso, sinceramente no sabía si íbamos a llenar la plaza, pero que íbamos a ser mas de los veinte que tenía planeado el Intendente  De Marco, seguro. Recibimos la ayuda de Forcato, un señor que vivía en Banda Norte que tenía dos coches con altavoces, grabamos los anuncios y se comenzó continuamente a difundir la información por todos los barrios y el centro de la ciudad pidiendo la concurrencia a la Plaza Olmos,  informando que iba a venir el gobernador y que le pediríamos apoyo por la nueva Universidad, por eso precisábamos que la gente participara. También fuimos a localidades vecinas  despertando a los jóvenes desde Las Higueras a Río Cuarto, el Centro de Camioneros Río Cuarto dio una gran colaboración, habían colocado una gran cantidad  de camiones con carteles, letreros y así difundían la visita del gobernador y la invitación a la Plaza y por la causa de pedir por la Universidad; todos se sumaban con mucho entusiasmo. Aquel día, recuerdo que con la llegada del Gobernador, los aviones del Aeroclub, que también era nuestro gran aliado, hacían pasadas rasantes tirando volantes por la ciudad y los barrios;  en la plaza San Martin estaban los gauchos de San Martin esperando.
Cuando suben a la calle Constitución, los vecinos muy atentos permitieron que los chicos del centro de Estudiantes subieran a los balcones con recipientes  flores y carteles de bienvenidas.  Todo aquello fue un acto inusual, y lo formidable fue cuando llegó el Gobernador a la plaza, nunca había pensado que iba a haber tanta gente, fueron alrededor de diez mil  personas que lo impactaron.
Lo primero que estaba programado para aquel acto  fue el himno nacional que fue interpretado por la banda de música, luego habló el Intendente recibiendo la visita e inmediatamente habló el Gobernador, nosotros pensamos que iba a agradecer por el recibimiento pero la sorpresa fue que dijo de inmediato: “Me comprometo en nombre del Gobierno de Córdoba a darles todo el apoyo posible para la gestión de la creación de la Universidad de Rio Cuarto”.  El Ingeniero Huerta tenía mucha noción de lo que era el nivel universitario disponible en una ciudad chica.

¿Usted, señor Yoma,  integra la Comisión Pro Universidad desde sus inicio?
Sí,  así es, en un primer momento fui el asesor publicitario de esa comisión, el primer presidente de la comisión fue el ingeniero Lucchini, un hombre de grandes condiciones y talento. Una vez que ya está en marcha el proyecto de la creación de la universidad, el Intendente dispone que se realice una asamblea pública, la misma fue realizada en el Teatro Municipal, asistieron alrededor de 200 personas representando a instituciones de la ciudad. Fue algo muy importante y trascendente.

Muy bien Señor Víctor  en el próximo encuentro haremos la segunda parte de la nota, tenga usted muy buenas noches y muchas gracias.

 —  Gracias a usted Señor Bonetto y buenas noches.




Segunda entrevista realizada por el Escritor Walter Bonetto en  LV16 Radio Río Cuarto  al Señor Víctor Yoma, uno de los referentes de la gestión por la Creación de la Universidad Nacional de Río Cuarto.
(Septiembre de 2015)

Queridos amigos, continuamos con el señor Víctor Yoma ,  en esta  Segunda Entrevista. El nos está llevando de la mano para contarnos como fueron esos episodios para llevar a cabo esta institución de la que estamos hablando, la Universidad Nacional de Río Cuarto.

¿Cómo  se decide de que tenía que trabajar para la creación de la Universidad?

— Yo nací y me crié en Reducción, tanto mi papá como mi familia teníamos un vínculo muy estrecho con la escuela, en un pueblo pequeño había esa necesidad de cooperar.
Al decirme el Doctor Barbero, que era un abogado muy conocido mío,  que iba a venir el gobernador, y  habían pensado hacer una reunión de unas veinte a treinta personas para solicitarle ayuda, bueno ocurrió lo que ya  le manifesté  en la entrevista anterior,  trabajé mucho  para organizar una convocatoria y llenar la plaza Olmos  y se me ocurrió la idea de ponerle de título “Plan demostración” a lo que proponía invitar a todas las instituciones de la ciudad. Para que ellos con su presencia demostraran al Gobernador la inquietud por una Universidad Nacional.

Se hizo una asamblea popular pública, con todos los delegados de cada institución, ahí se designó una comisión provisoria. Se distribuyeron volantes, se recurrió a la presencia de estudiantes, el centro de estudiantes del colegio Normal ayudó a la organización. Recibimos apoyo de toda la ciudad.

¿Cuándo llegó el día estaba la plaza llena?

 —  El Gobernador aterrizó en la base aérea de las Higueras y teníamos formado un cordón entre Las Higueras y Río Cuarto, se logró un clima de   contagio popular.  En principio dio el saludo de bienvenida el Ingeniero De Marco, en ese momento intendente de Rio Cuarto. La sorpresa del Gobernador al ver tanta gente y preparativos fue increíble, no sabía cómo hacer para retribuir al acontecimiento. Esta convocatoria fue un éxito total. Allí se redactó un acta de compromiso de parte del Gobernador, la provincia de Córdoba no solo iba a apoyar esta iniciativa sino que iba a financiar  elementos que resultaban necesarios como era el estudio de factibilidad.

La Plaza Olmos estaba llena  la gente de Río Cuarto y la región  clamaba por una Universidad Nacional


¿Después de este acto exitoso cuáles fueron los pasos que siguieron?

—  Después del 11 de noviembre, comenzamos a principios del año 1970 a tener contacto con el Ministro de Educación de la provincia de Córdoba, que era el Profesor Víctor Barrionuevo Imposti, un hombre que había sido de Río Cuarto, como siempre recurrimos a los aviones del Aeroclub e hicimos dos viajes a Carlos Paz donde estaba el Ministro, él tenía que tomar la decisión para aprobar nuestra propuesta y ayudarnos. Barrionuevo Imposti  fue otro eslabón importante porque  nos ayudó mucho y siempre estaba bien predispuesto para darnos una mano. Una vez que ya teníamos el apoyo de la provincia, teníamos que subir a otro nivel, tratamos de contactarnos con el Ministro de Educación Nacional, esto fue distinto, bastante complejo, ya nosotros teníamos referencias de que el Ministro de Educación de la Nación,  no era  partidario de crear nuevas universidades, porque les iba a afectar a su presupuesto.

¿Y qué hicieron entonces?                                                                                                                                                                                                                                                                                          
—  La estrategia que se definió procuraba volver a las fuentes, significaba volver a las fuentes, consideramos oportuno tomar contacto nuevamente con el  Edecán del Presidente Ongania, el Vicecomodoro Boheler, que sabíamos que siempre estaba dispuesto en ayudarnos, entonces   Fuimos a Buenos Aires y llevamos un informe muy detallado de lo que habíamos hecho y hasta donde habíamos avanzado y  allá con la ayuda de este hombre pedimos una audiencia para  hablar con el Ministro de Educación de la Nación, lo cual no fue fácil de lograr. Claramente nos dimos cuenta de que el Ministro no nos quería recibir, al final luego de pasar varios días y de mucho insistir  nos dio la audiencia en una fecha inconveniente de la que seguramente  esperaba  que nosotros no concurriéramos  que fue el día 23 de diciembre a las 18 hs. y nos avisaron con muy poca anticipación, en definitiva  querían que no fuéramos ya que era víspera de navidad, peri   igual aceptamos la entrevista y fuimos 14 personas, nos acompañó el Doctor Taquini. Se notó claramente que al Ministro le causó desagrado nuestra presencia, fue evidente por su falta de calidez y calidad demostrada.

¿Y cómo les fue con la entrevista?

  —  Fue muy mala, porque primero  hubo una larga espera para que nos atendieran, y después el Ministro de Educación de la  Nacion, que era el Doctor Dardo Pérez Guilhou, ni siquiera nos invitó a sentarnos. Se incorporó apoyándose al frente de su escritorio y comenzó a decir cosas sueltas y muy desubicadas inconcebibles de un ministro;  hubo cruces de palabras duras. Tuvo un enfrentamiento con el sacerdote de Gral. Cabrera  el Padre Miguel Aristimuño, quien integraba nuestra delegación en representación del obispado, una persona  con brillante corrección  y brevemente le explicó para que solicitábamos la Universidad,  mencionando:  “Señor Ministro, traigo la adhesión de la comunidad católica de nuestra diócesis y la palabra del Señor Obispo en apoyo de la creación de una universidad nacional en Rio Cuarto, que además de llenar una sentida necesidad en materia de enseñanza universitaria y promoción económica y cultural, ha de contribuir eficientemente a lograr la pacificación de los espíritus”   Esto seguro que irrito al malhumorado ministro quien  interrumpió al Padre levantando la voz con un exabrupto  y le dice :  “que me viene hablar usted de pacificación de los espíritus, si todos sus colegas andan por ahí alborotando a la gente…”, en este caso  lo interrumpe con firmeza  Luis Raúl Roca,  quien era también un hombre de Río Cuarto  que nos ayudaba y era integrante de nuestra delegación en representación de la Confederación General del Trabajo y le dice con mucha firmeza  al Ministro mirando también al sacerdote:  “ bueno nos equivocamos porque aquí  estamos frente al ministro de mala educación. “Nosotros venimos a verlo a usted representando a importantes sectores de la comunidad y no ha pasiones mezquinas  porque nos anima el afán de contribuir a la solución de los problemas del país,  de manera que no aceptamos reprimendas de nadie por nuestro proceder”.   Fue muy fuerte la intervención de Roca, una verdadera y justa frenada al Ministro y  se nota que el hombre se dio cuenta que había estado muy mal, porque a partir de allí cambio su actitud   y al final  nos entregó un ejemplar de las pautas para crear nuevas universidades, imposible de cumplir y en total discrepancia con el Plan Taquini. Al final el Ministro dio por terminada la precaria reunión y  no nos dio la mano.  Salimos de ahí con una experiencia muy desagradable. 

Después de ese episodio, ¿Cómo termina esto?

—  Meses después, en Mendoza se celebró la fiesta de la vendimia, donde asiste el Presidente de la Nación y  también el Gobernador de Córdoba, el ingeniero Huerta; él nos llama y nos dice que días después estaba la Fiesta Nacional Del Trigo en Córdoba, le avisa  al Intendente de Rio Cuarto que preparemos varios autos para estar presente allí sería importante que Ongania viera lo que pedía Río Cuarto.  El ingeniero Huerta además de ser colaborador era “cómplice”, entusiasta de que se creara la universidad en Río Cuarto, por eso nos llama y nos dice que él iba a acompañar a Ongania a la Fiesta Nacional del Trigo en Leones, y que iba a procurar contactarnos  con el Presidente para que sepa nuestra inquietud.

¿Qué hicieron entonces?

No perdimos tiempo y vimos una gran posibilidad, entonces Inmediatamente nos reunimos y  preparamos un programa. Invitamos a todas las instituciones, tratamos de difundir la necesidad de ir a Leones  por diferentes medios, no teníamos idea de las personas  que podríamos concurrir, pero para el día sábado 8 de mayo logramos reunir 20 ómnibus, con estudiantes y riocuartenses de todas las edades. Antes  de los ómnibus había partido una caravana de cerca de 200 autos con carteles. Fue muy exitosa la convocatoria  en Leones había  más de mil trecientas personas de Río Cuarto. Es que había una gran inquietud y entusiasmo para pedir por la Universidad.

¿Y cuando llegaron a Leones cómo fueron recibidos?

 — Muy Bien, llegando a Leones estaba el aeroclub y nosotros nos habíamos formado al costado,  cuando pasa la caravana con el Presidente, lo esperamos con paquetes de papel picado, carteles y mucho entusiasmo. Vimos que aterrizó  el avión presidencial y comenzaron los gritos, los aplausos, era todo una fiesta. El ingeniero Huerta que venía en el avión con Ongania nos contó que se quedó sorprendido y  que no entendía porque había tanta gente de Río Cuarto en Leones. Él le dijo que vea los carteles, que pedíamos la universidad.

¿ Y cómo sigue todo?

—  Salió todo muy bien. Cuando llegó la hora  de la cena en la localidad, estuvimos procurando que en algún momento se nos facilitara una entrevista con el Presidente. Así se dio, también por la gestión del ingeniero Huerta,  antes de la cena en un sector del salón se improvisó una reunión  muy breve pero muy importante para toda la gente de Río Cuarto. Esta reunión fue extraordinaria porque   nos permitió lograr  el objetivo, poner el tema de nuestra petición por la Universidad Nacional en el primer nivel de decisión. Fuimos breves, tal como nos habían solicitado, Ongania nos escuchó con mucha atención y  le entregamos al Presidente toda la documentación correspondiente.

También en aquel lugar  había un grupo muy reducido de personas, no de Río Cuarto,  que pedía casinos, nosotros dejamos en claro que pedíamos educación. Y también  allí  quedó la propuesta y la promesa de  que el Presidente vendría a Rio Cuarto.

¿Qué pasa cuando el Presidente llega a Rio Cuarto?

 —  En realidad Ongania venía por la creación del monumento a Mansilla, pero el propósito era insistir en la creación de la universidad. Había gente que estaba en contra porque pensaban que estábamos contactando con gente que estaba en la dictadura.  Nosotros nunca apoyamos la dictadura  pero teníamos claro el objetivo y la lucha para conseguir la Universidad Nacional para la ciudad y eso es lo que nos movía.

Gracias Señor Victor Yoma. Ya el tiempo se nos acabo, seguiremos en un próximo encuentro para seguir redactando esta importante historia.

—  Gracias a usted señor Bonetto.




                                                                       
Raices UNRC  Total

            Raíces de la Universidad Nacional de Río Cuarto.  (Parte 1)

La creación de la Universidad Nacional de Río  Cuarto comprendió   una serie de sucesos  concadenados,  planificados por un grupo de personas  que luchaban para que la ciudad y la región  contaran con una casa de altos estudios y así dieran posibilidades de cursar  carreras superiores a tantos jóvenes de esta amplia zona del país  y otras provincias.
Los antecedentes de esta creación se pueden tomar a partir  del año 1969,  cuando la pujante ciudad de Río Cuarto contaba con 88000 habitantes, siendo rodeada de una rica región agrícola ganadera convertida en su motor de influencia y progreso. 
 Por aquellos años  se  anhelaba fervorosamente  contar con una casa de altos estudios  que diera posibilidades a la juventud  de formarse en la educación superior con carreras  vinculadas  con el potencial de la región,  sin que tengan que concurrir a otros centros universitarios, los cuales estaban superpoblados de estudiantes y resultaban distantes. 

     La lucha por la nueva universidad  creo discrepancias muy considerables  con muchas personas de Río Cuarto y muy especialmente  con algunos  dirigentes radicales de la ciudad, que se opusieron tenazmente por considerarla una gestión inoportuna,  dado que eran tiempos de dictadura militar; además creo  muchas expectativas  con relación al futuro de la "Universidad del Centro" que funcionaba en la ciudad como una institución privada, la cual fue pionera y precursora de enseñanza superior que ya venía desarrollando con un gran esfuerzo sus actividades   desde hacia algunos años, pero presentaba problemas económicos  graves, por falta de apoyo y financiación del estado y  no era una universidad preparada para cumplir con mayor amplitud todas las demandas de la región para formar nuevos profesionales, justamente por la falta de apoyo nacional en el orden presupuestario. 

Los opositores a este nuevo emprendimiento criticaban con dureza  que el mismo estaba siendo gestionado ante un gobierno de facto y para ello  se  peticionaba  ante la dictadura militar,  lo cual no resultaba  procedente y lo consideraban una vergüenza desde el punto de vista republicano. 
Pero más allá de estas críticas tan urticantes, como en gran medida incorrectas,  por el modo agresivo en que se las planteaba ante varios medios de prensa,  donde se publicaban solicitadas en contra del emprendimiento,   la idea de aquellos hombres impulsores de esta nueva casa de altos estudios, era:  "lograr el objetivo" más allá de quien estuviese gobernando  el país. Ellos estaban convencidos que la ciudad de Río Cuarto debía tener una Universidad Nacional,  y ese era el gran objetivo a alcanzar, pese a que muchos políticos se incomodaran.
 También aquellos hombres precursores entendían  que peticionar no significaba apoyar al gobierno militar. Río Cuarto peticionaba una casa de altos estudios porque precisaba  para su desarrollo y su progreso una educación superior asistida por la nación.
A mediado del mes de noviembre de 1968, más específicamente en los días  16,17, y 18,  un grupo de destacados intelectuales argentinos son convocados  a la provincia de La Rioja, en la zona de Chilecito,  en la  Finca Samay Huasi,  por la Academia del Plata,  para que presentaran ideas destacadas hacia la concreción de un país mejor desde el punto vista de la ciencia.  
Entre aquellos intelectuales  y destacados pensadores se encontraba un joven y destacado médico de Buenos Aires, que con sus 33 años ya era el Decano de la  Facultad de Farmacia y Bioquímica de la Universidad Nacional, UBA,  y venía trabajando en una importante labor investigativa y de planeamiento junto a algunos colegas sobre el “problema universitario argentino”, al cual  lo habían analizado integralmente; este profesional era el doctor Alberto Taquini ( h), autor del Proyecto “Nuevas Universidades Para el País”, cuyo objetivo perseguía  descentralizar la Universidad de Buenos Aires y el resto de las grandes universidades, y así mejorar la educación superior en Argentina, creando universidades más funcionales y adecuadas a cada región. A su trabajo se lo conoce como “Plan Taquini”, y cuando fue presentado en Samay Huasi, en aquel coloquio de intelectuales tuvo un alto impacto y aceptación del grupo. 
Por el año 1968 el gobierno militar estaba presidido por el General Ongania, sospechado por otros generales y gran parte del pueblo,  de querer perdurar indebidamente en el poder. 
De los tres edecanes que tenía el presidente de la nación, uno de ellos, el edecán aeronáutico, era el Vicecomodoro   Raúl Boheler, un hombre de Río Cuarto  y aquí radicaba su familia. Con su corazoncito puesto en el imperio, observó en la presidencia el libro del Dr. Taquini, que hablaba de las nuevas universidades  y citaba “las pampeanas”, —una futura universidad que se podía abrir en Santa Rosa de la Pampa o en Río Cuarto—.   Cumpliendo un plan de vuelo de la Fuerza Aérea,  de la que era piloto  y debían llegar con carga al Área de Material Rio IV, aprovecha llegarse  a su ciudad natal, y mientras aquel avión se descargaba,  además de pasar a saludar a su familia trae la documentación de  las nuevas universidades  , entonces y sin conocerlo, visita al Intentendente, Ingeniero  Renato De Marco,  le trae copia del proyecto y el Libro de las Nuevas Universidades. Boheler  no era conocido en la ciudad, excepto por su familia y amigos,  y menos en la municipalidad,  cuando se presenta en la secretaria pidiendo saludar al intendente como el Edecán del Presidente de la Republica, todo se revolucionó al instante,  y el visitante se dio cuenta del nerviosismo de quienes lo atendían, entonces  aclaró que no venía en misión de servicio, que lo hacía en forma personal, solamente quería entregar en manos una documentación al intendente, quien al ser informado lo recibió sin demora. La reunión fue breve  y muy agradable  el Vicecomodoro se puso a entera disposición del intendente Renato  De Marco, y en aquel sobre podemos decir “que dejaba las llaves” que abrían el difícil camino —el cual vamos a recorrer en las próximas entregas— para que se creara la nueva Universidad Nacional de Río Cuarto.

Walter Bonetto
2 de octubre de 2015
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Raíces de la Universidad Nacional de Río Cuarto.  (Parte 2)
El Vicecomodoro Boheler, edecán del Presidente de la República,   había dejado la información  elemental en manos del Intendente Renato De Marco, quien luego de analizarla la traslada a un grupo de profesores del Colegio Industrial,  del cual el Intendente era Rector antes de asumir como Jefe de Gobierno Municipal; los profesores analizaron el proyecto pero se mostraron un tanto escépticos con la idea, creyendo que no sería fácil de lograr semejante emprendimiento. 
El Secretario de Gobierno municipal era el abogado  Ever Francisco Barbero,  quien tiene en gran medida en sus manos el camino a seguir para definir la nueva idea de una Universidad Nacional para Río Cuarto. Para eso  le va dando  participación  e informa de la propuesta a varias personas de la ciudad, dentro de ellas, a  un joven y exitoso empresario local, muy allegado a él por su actividad política y empresarial, el señor Víctor Yoma, oriundo de la localidad de Reducción,  formado en la antigua Escuela de Aprendices del Taller Regional Río Cuarto y en el Colegio Nacional  de esta ciudad. 
Víctor Yoma por razones laborales concurre al estudio del doctor Barbero y ahí fue cuando este le cuenta lo de la universidad   y le pide su opinión. Yoma  se entusiasma significativamente con la idea. Barbero le comenta que el Ingeniero De Marco, pensaba hacer un encuentro  con unas veinte o treinta personas representativas de la ciudad  ante la visita del Gobernador de Córdoba,  prevista para los próximos días  en que se festejaba  el Día de la Ciudad de Río Cuarto  y  buscar apoyo de instituciones locales para dejarle la inquietud  al gobierno provincial. Víctor Yoma le responde inmediatamente que “no le parecía bien”,  porque había que hacer algo distinto, algo más significativo, que impactara con fuerza,  y menciona que se debía llevar adelante  una gran concentración que llenara la  plaza de Río Cuarto, para que se demuestre al gobernador la inquietud de la gente de lograr una Universidad, el abogado le responde que estaba loco, que no había tiempo, Yoma le dice  que no estaba loco, que se podía hacer que si al él le daban apoyo trabajaría de inmediato para lograr ese acontecimiento . 
La idea fue expuesta al intendente y  en principio no fue aceptada dado que el Ing. De Marco se mostró poco entusiasmado, diciendo que estábamos a muy pocos días de la visita del Ingeniero Huerta  a la ciudad y no había tiempo para esa convocatoria. 
Víctor Yoma,  había salido de aquella charla con su abogado sin decepcionarse y mientras caminaba  por la calle 25 de Mayo hacia  la casa de su abuela, por su cabeza pasaban grandes inquietudes y un resumen optimista: “lo voy a realizar”;   al llegar de su abuela se sentó al frente de la  máquina de escribir  y elaboró el borrador  de un plan muy concreto,  reflejando en el mismo que se podía hacer una gran convocatoria y definía cómo se la podía realizar en pocos días y tener éxito. Cuando lo presenta nuevamente a las horas lo llaman presurosamente de la municipalidad para decirle que estaba aprobado  y que lo pusiera en marcha. Imprenta, policía municipal y colaboradores estaban a disposición para trabajar. 
Se fue rápidamente difundiendo la noticia sobre la convocatoria, se trabajó en contra reloj  con vecinales, clubes, escuelas secundarias, sociedades mutualistas, centros de estudiantes, especialmente el Centro de Estudiantes del Colegio Nacional Nº 2, que trabajaban dando un gran apoyo con el impulso entusiasta de su Rector, el  Profesor Humberto Aguilar. 
También apoyaron esta actividad empresas y municipalidades vecinas, clubes agrarios, cooperativas agropecuarias  y centenares de familias, para que el 11 de noviembre, día de la ciudad,  se esperara al gobernador, en donde además de los actos de  festejos se le pediría masivamente  por la Universidad Nacional.
 En la medida que se difundía esta idea crecía el interés general y todos apoyaban con mucho entusiasmo la misma, tanto en la ciudad como en la región y se comprometían para estar en la Plaza Olmos.     
Nacía así por inquietud y trabajo de Víctor Yoma y  el apoyo de tantos colaboradores el  “Plan Demostración 1” que tenía como finalidad demostrar al Gobernador la inquietud entusiasta de los ciudadanos de contar con una casa de altos estudios en la ciudad de Río Cuarto.   
    Al arribar el Gobernador aquel 11 de noviembre en horas de la mañana, la Plaza Olmos y sus calles adyacentes estaban llenas, abarrotadas de público, fue una fiesta mayor,  grandes carteles que pedían por la universidad. Aviones del aeroclub colaboraban lanzando boletines, los gauchos de San Martín acompañaban el acto  y el gobernador quedó  impactado por la gran cantidad de gente de Río Cuarto y la región que lo estaba esperando calculada en más de diez mil personas. Ahí fue donde el Gobernador   prometió todo el apoyo para que se instalara una universidad nacional en la ciudad.
 El “Plan Demostración se había cumplido exitosamente. Fue todo un trabajo arduo, dinámico,  pero estuvo muy bien organizado a pesar del poco tiempo con que se contaba, igual esta convocatoria alcanzó un éxito extraordinario. El apoyo del Ingeniero Huerta para la gente de Río Cuarto fue incondicional y trabajó constantemente  por este objetivo, fue también el mismo gobernador que da la idea que una caravana de riocuartense se presentara en la Ciudad de Leones donde estaría el Presidente de la República para participar de la fiesta del trigo, oportunidad que podría ser usada   para pedir por nuestra universidad nacional  la cual detallaremos lo ocurrido en aquella ciudad en la próxima entrega. 

 Walter Bonetto
12 de octubre de 2015
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                        Raíces de la Universidad Nacional de Río Cuarto.  (Parte 3)
                                                      —El Operativo Leones—
El “Plan Demonstración I” había sido exitoso, Río Cuarto llenó la plaza y el Gobernador de Córdoba daba un amplio apoyo al requerimiento por la nueva universidad. Unos días antes de este plan, el Intendente municipal  había convocado a  una asamblea pública en que participaron unas 150 delegaciones representativas de la educación del trabajo y la cultura, tanto de la ciudad como de localidades vecinas que pedían una universidad nacional, la  que se llevó a cabo el 31 de octubre 1969 en el Teatro Municipal, en donde se define conformar  una “Comisión Pro Universidad Nacional de Río Cuarto”,  cuyos integrantes fueron verdaderamente los pioneros  en llevar adelante el proyecto de gestación y dieron  el empuje vigoroso para que se lograra la casa de altos estudios. 
Esta primera comisión fue presidida  por Ing. Alberto Lucchini, y el Dr. Ricardo Martorelli, fue su vicepresidente. Ahora trabajando la comisión a pleno se hicieron en una año distintas gestiones en la ciudad de Córdoba y Buenos Aires tendientes a  encarrilar y dinamizar el proyecto, lo cual para nada resultó fácil, pero la comisión junto a colaboradores, se movían con dinamismo y objetivos claros, en donde la mayoría de sus integrantes participaban con verdadero entusiasmo  y organizados  en un  equipo muy bien coordinado.  
Así fueron avanzando en las gestiones,  pero un obstáculo muy significativo  que se presentó, fue la entrevista realizada al Ministro de Educación de La Nación, Dr. Dardo Pérez Guilhou, la cual se concretó luego de mucha insistencia el 23 de diciembre de 1969 y fue muy desagradable, porque primero  hubo una larga espera para lograr la audiencia y que la delegación de Río Cuarto fuera  recibida, al final como de lástima se le asignó un día incómodo y una hora inadecuada; después el Ministro  atendió a la delegación con una desprolija educación, en su despacho ni siquiera se  invitó a los visitantes tomar asiento. El Ministro se incorporó apoyándose al frente de su escritorio y comenzó a decir cosas sueltas y muy desubicadas inconcebibles de una alta autoridad;  hubo cruces de palabras duras. Tuvo un enfrentamiento con el sacerdote de Gral. Cabrera  el Padre Miguel Aristimuño, quien integraba  delegación en representación del obispado, una persona  con brillante corrección  y brevemente le explicó para que solicitábamos la Universidad, quien mencionó:  “Señor Ministro, traigo la adhesión de la comunidad católica de nuestra diócesis y la palabra del Señor Obispo en apoyo de la creación de una Universidad Nacional en Rio Cuarto, que además de llenar una sentida necesidad en materia de enseñanza universitaria y promoción económica y cultural, ha de contribuir eficientemente a lograr la pacificación de los espíritus”   Esto  irritó al malhumorado Ministro quien  interrumpió al Padre, levantando la voz con un exabrupto  y le dijo:  “que me viene hablar usted de pacificación de los espíritus, si todos sus colegas andan por ahí alborotando a la gente…”, en este caso  lo interrumpe con firmeza  Luis Raúl Roca,  quien era también un hombre de Río Cuarto  que integraba la delegación en representación de la Confederación General del Trabajo y le dice con mucha firmeza  al Ministro mirando también al sacerdote:  “ bueno nos equivocamos, porque aquí  estamos frente al ministro de mala educación. Nosotros venimos a verlo a usted representando a importantes sectores de la comunidad y no ha pasiones mezquinas,  porque nos anima el afán de contribuir a la solución de los problemas del país,  de manera que no aceptamos reprimendas de nadie por nuestro proceder”.   
Victor Yoma, participante de la reunión, indica  que “fue muy fuerte la intervención de Roca, una verdadera y justa frenada al Ministro, y  se notó que el hombre se dio cuenta que había estado mal, porque a partir de allí cambio su actitud   y al final   entregó un ejemplar de las pautas para crear nuevas universidades, imposible de cumplir y en total discrepancia con el Plan Taquini”. Así el Ministro dio por terminada la precaria reunión y despidió a la delegación sin darles la mano.  Salieron  de ahí con una experiencia muy desagradable, pero entendían que eran las condiciones de aquella lucha y no debían bajar los brazos.
En los primeros días de marzo de 1970  el Gobernador de Córdoba estaba en Mendoza participando de la fiesta de la Vendimia, el Presidente de La Nación le dice en aquel lugar  que en días llegaría a la ciudad de Leones para concurrir a la Fiesta del Trigo. No perdió tiempo el ingeniero Huerta,  se comunicó con el Intendente de Río Cuarto para indicarle el movimiento del Presidente  y le sugiere que organice destacar una delegación de gente de la ciudad y región  para concurrir a Leones  y manifestar la inquietud de la Universidad al Presidente. 
El Ing. De Marco le pide a Víctor Yoma, que se comunique urgente con el Gobernador  porque así habían quedado y fue de este modo que se coordina la visita a la Fiesta Nacional del Trigo. Unas dos mil personas de Río Cuarto se movieron entusiasmadas hacia aquella ciudad con doscientos automóviles y dieciocho ómnibus, antes había concurrido el intendente y el ingeniero Lucchini para preparar la llegada y tener todo organizado con las autoridades de la ciudad de Leones. El día 8 de marzo la columna de todos los riocuartenses se colocó a la vera del camino desde el aeroclub  al centro de la ciudad,  y daban la bienvenida a Onganía, además de desplegar carteles en pro de la Universidad de Rio Cuarto, lo que impresionó al Presidente, quien preguntó por qué tanta gente de Río Cuarto y le respondieron que venían pidiendo una universidad.  
Luego de los actos centrales y antes de ingresar a la cena el Presidente recibe brevemente a la  delegación. Onganía mencionó que estaba sorprendido ante tanta gente, el Señor Osvaldo Collosa, le respondió que “veníamos por la educación” y ahí fue  cuando Onganía promete que a la brevedad visitará la ciudad con mucho gusto y agrado. El “Operativo Leones” se había cumplido con éxito y se conocía que el Presidente de la República vendría a Río Cuarto. Lo cual detallaremos en la próxima entrega.
Walter Bonetto
17 de octubre de 2015
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                 Raíces de la Universidad Nacional de Río Cuarto.  (Parte 4)
                                           —Ongania en Río Cuarto—
La Comisión Pro Universidad, también conocida a partir de la presidencia del Ing. Lucchini como “Comisión Ejecutiva Central”, trabajaba con una estrategia muy clara y bien definida,  se reunía cada semana para revisar su plan de acción. Decidida a continuar con sus objetivos, siendo uno de ellos lograr  la Visita del Presidente de La Nación a Río Cuarto, dado que había una promesa que el mismo efectuó en la Fiesta Nacional del Trigo en la ciudad de Leones hacía pocos días. 
El fundamento básico de la visita a Río Cuarto  era  el cumplimiento de los cien años de la Excursión de los Indios Ranqueles  encabezada en 1870 por el Coronel Lucio V. Mansilla, junto a los frailes Marcos Donati y Moisés Alvares  y un reducido grupo de soldados sin armas que formaban la expedición. Mansilla había sido nombrado Jefe de la Frontera Sur por el Presidente Sarmiento, y luego de aquella excursión, destituido por el mismo Presidente, por la causa de  fusilamiento a un soldado varias veces desertor sin juicio previo. 
Ahora la república, con la ciudad incluida, le rendían un homenaje levantando una estatua sobre la avenida Sabattini para recordar a este Comandante de frontera que vivió unos meses con los pobladores de Río Cuarto y llega a las tolderías de los ranqueles para reconocer el terreno, hablar con los caciques y exponer sobre los tratados de paz que muchas veces el gobierno incumplía. 
Fue esta la    causa que arribaba el Presidente de la República  a nuestra ciudad, pero indudablemente que había otra causa de trasfondo, que  era observar desde la presidencia si Río Cuarto debía tener una universidad nacional, porque a la Casa Rosada y al Ministerio de Educación Nacional,  llegaba información muy insistente e interesada “que no era conveniente crear una Universidad Nacional” dado que ya había una universidad privada funcionando, que era la Universidad del Centro. Por eso que el ministro expresaba  de manera contundente “Si ya tienen una universidad… ¿para qué quieren otra?”  
La oficina de ceremonial de la presidencia convocó a la Comisión Pro Universidad para una reunión el 23 de marzo de 1970, —una semana antes del arribo de Ongania a Río Cuarto—  y viajaron  para asistir a la misma: el Intendente Renato De Marco, el Ingeniero Alberto Lucchini, el Escribano Humberto Aguilar y el señor Víctor Yoma. En aquella reunión nada quedó bien definido, fue solamente un gran sondeo que hacia la presidencia y concluyó  de que en pocos días  se resolvería la visita o no, a esta ciudad del Jefe de Estado.
 A la semana siguiente la visita fue confirmada, la Comisión que ya tenía una experiencia importante por la visita del Gobernador de Córdoba, se organizó inmediatamente  para convocar nuevamente a la  gente en la Plaza Olmos a partir de las 15 horas del día 18 de abril   en donde recibirían al Presidente luego de inaugurar la Estatua de Mansilla
Pasadas las 15 horas  de aquel día, aterrizaba el avión presidencial  en el Taller Regional Río Cuarto,  el cual venía escoltado por cuatro aviones cazabombarderos  de la V Brigada Aérea, Villa Reynolds, provincia de San Luis.  
La comitiva oficial, compuesta por el Presidente y varios Ministros,  cruzó la ciudad  para llegar a la avenida Sabatini y participar en el acto programado;  luego de aquella inauguración  la caravana presidencial se dirigió en sentido adverso por la calle Constitución  hasta llegar a San Martín  y entrar por calle Belgrano  a las escalinatas del Palacio Municipal. La gente abarrotaba las calles, miles de personas sobre las veredas saludaban al Presidente de facto; fueron breves las audiencias en el despacho del intendente y luego se pasó al Salón Blanco donde se sirvió un vino de honor. 
Desde el interior se sentía el clamor de la plaza repleta de personas. Al finalizar el lunch la esposa de Ongania, María Emilia Grenn, que había estado hablando con Víctor Yoma,  este le explicaba como vivaban al Presidente; la mujer le pidió  con insistencia  a su marido que saludara a esa gran multitud que lo reclamaba,   y así fue como el Presidente desde una ventana que fue abierta en ese momento, tomó un micrófono y se dirigió a los presentes que lo ovacionaron en varias ocasiones y concluyó su discurso que duro unos quince minutos, diciendo: “será muy probable que tengáis vuestra universidad nacional”,  también explicó que esto se lograría previo a un plan de factibilidad y  el análisis de un concejo de rectores y aquí fue cuando el pico de ovación llega a su máxima expresión,  gritaban: “Ongania, Ongania, Universidad, Universidad”.
Podemos decir que analizando los sucesos que acontecieron ese día,  Ongania quedó altamente impresionado como Río Cuarto y la región lo habían recibido y el interés que tenían por una universidad. En la ciudad y región se había formado un concejo de cooperación intercomunal de los departamentos Río Cuarto y Juárez Celman, junto a más de treinta municipalidades las  que se plegaron fervorosamente  al recibimiento del Presidente de la Nación  para pedir por la Universidad. Ongania venía como dijimos, acompañado de varios ministros, dentro de  ellos estaba el Dr. Dardo Pérez Guilhou, el que había atendido tan mal la delegación riocuartense,  pero con esta  demostración y presencia tan masiva seguramente cambió de opinión y se debió resignar a respetar la petición que era unánime y contundente. 
Ongania fue un presidente de la dictadura, pero indudablemente que en el aspecto de la educación superior favoreció a la ciudad de Río Cuarto. Varias miles de personas lo aplaudieron,  pero además y en honor a la verdad, debemos mencionar que existieron algunos grupos que   condenaron con firmeza esta visita,  porque que no fue un acto de la democracia, y consideraban a la petición de la Universidad de Rio Cuarto “como instrumento de un intento corruptor”, así fue publicado en el Diario El Pueblo con una extensa solicitada el día domingo 26 de abril de 1970. La Universidad se debatía entre entusiasmos y rechazos. 

Walter Bonetto
23 de octubre de 2015
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                         Raíces de la Universidad Nacional de Río Cuarto.  (Parte 5)
                                                                —El operativo  relámpago—

El 18 de abril de 1870 la Comisión Pro Universidad  Nacional de Río Cuarto había alcanzado un nuevo éxito  con su segundo “Plan Demostración” en donde logró convocar a una decena de miles de personas  para recibir al Presidente Ongania, quien al finalizar el ágape que se le ofrecía en el salón Blanco de la Municipalidad , luego de inaugurar el monumento al general Lución V. Mansilla,  rompió con el protocolo presidencial, y  por una ventana del Palacio Municipal se dirigió a la concurrencia que lo vivaba  y expresó:  “…será muy probable que tengáis vuestra Universidad Nacional”.  
Los riocuartenses entendieron que la gran puerta se había abierto y que el presidente de la dictadura  no prometía en vano. En esta sociedad local, grandes alegrías estallaban y grandes críticas se producían; el país no estaba en democracia y el presidente era un dictador,  por lo tanto esto generaba consecuencias negativas. Es que los pueblos para sus grandes decisiones precisan soberanía y libertad  y en este caso, esa libertad estaba vedada por el gobierno de la revolución y esto era muy atacado y resistido por sectores políticos que no compartían el pedirle obras  a un gobierno de facto. 
Más allá de las grandes diferencias La Comisión  Pro Universidad  continúa su camino de trabajar con gran impulso  y hacían intensas gestiones ante el gobierno de Córdoba y 
En junio de 1970 el Gobernador de Córdoba ya no era el Ingeniero Roberto Huerta, pero fue este un gran colaborador de la intensas gestiones  para la Universidad de Río Cuarto, y justamente en virtud a su colaboración el 15 octubre de  1970,   al mediodía,  llama preocupado  por teléfono desde Buenos Aires al intendente Renato De Marco, en donde  informa y  confirma:  “que dentro de cuatro días, el lunes 19, el Concejo de Rectores de las Universidades Nacionales se reunirá en Buenos Aires y sacará una resolución  por la cual no daría lugar al requerimiento de la gente de Río Cuarto sobre el proyecto de la universidad  y archivaría el mismo”.  El Ing. Huerta le insistía al Ingeniero Lucchini y a  Víctor Yoma con quien había mantenido comunicación,  que tenían que moverse muy rápidamente "Lo que no hagan en estos días para sostener el proyecto no lo podrán hacer jamás..."  por lo tanto el proyecto estaba en peligro de desaparecer. Había que asumir algún compromiso urgente sin pérdidas de tiempo para lograr atenuar las amenazas presentadas. 
Ante esta situación se convocó a la Comisión con carácter de urgente  una reunión en la intendencia municipal de la ciudad de Río Cuarto en donde al final de la misma y luego de ser ampliamente discutido , se decide realizar el “Operativo Relampago”, el que se constituye en “un esfuerzo mayor” para llegar con urgencia y entregar documentación precisa  a los Rectores de Universidades Nacionales, con el propósito de pedirles el apoyo para sostener la creación la Universidad de Río Cuarto,  y que en el Concejo de Rectores no descartaran la misma,  para lo cual se realizó una nota muy contundente y bien argumentada, en donde de manera  objetiva se requería  la necesidad imperiosa  de sostener la posibilidad . 
De todos modos se conocía que la situación era muy delicada, se sospechaba  que eran muchos los que trabajaban informalmente ante el Ministerio de Educación para desmembrar el proyecto de la Universidad de Río Cuarto, también se conocía que se gestionaban las mismas acciones con algunos rectores nacionales usando el mimo proceder, por eso fue la reacción  desfavorable de los últimos días que detecta en Buenos Aires el ex gobernador Huerta y seguramente que con sus inmediatas advertencias fue el salvador de esta situación de exterminio del proyecto. 
Al amanecer del 16 de octubre de 1970, aun cuando el sol no se levantaba en el horizonte  partieron sigilosamente con combustible a pleno  cuatro aviones  del Aero Club Río Cuarto a distintos puntos  país para que doce  miembros de la comisión fundadora de la UNRC que viajaban en los mismos  entrevistaran a todos los rectores  de las universidades nacionales,  los que como indicaramos se debían reunir en Buenos Aires porque conformaban el Concejo Superior de Universidades Nacionales  y se conocía que descartarían el proyecto de la Universidad de Río Cuarto. 
A cada uno de los rectores que se visitaban  se les informaría  del objetivo  de la nueva creación,  además se le entregó un legajo con la documentación relacionada y se le pidió apoyo,  explicando el porqué de la creación de la nueva universidad dentro del de Plan Taquini de “nuevas Universidades. Al final el esfuerzo trajo resultados halagüeños  prque el “Operativo Relámpago” termino siendo una operación exitosa. Se  visitaron simultáneamente las universidades de Córdoba, Santa Fe, Rosario, Mendoza, Olavarria,  Tucuman  y Buenos Aires.  El vuelo de aquellos aviones en aquel templado amanecer,  el esfuerzo  y la perseverancia, quisieron que la Universidad fuera salvada;  el Concejo Superior de Rectores cabio de parecer,  optó  por apoyar el reclamo de los riocuartences  y aceptaron continuar con el proyecto, llegándose al día 30 de marzo de 1971 en que son convocados  al Ministerio de Educación de la Nación miembros de la Comisión Pro Universidad de Río Cuarto  en donde el Ing. Alberto Lucchini,  Sr. Jorge Arriague  y Sr. Víctor Yoma  reciben  la información por la cual es anunciada  la   Fundación de la Universidad Nacional de Río Cuarto. Se ajustaron todos los detalles para llegar al  1º de mayo de 1971en donde se efectúa el “Plan Demostración III”  y un nuevo Presidente de la Republica visitá la ciudad para firmar una ley que creaba la Universidad  Nacional por la cual será nuestra próxima entrega.

Walter Bonetto
31 de octubre de 2015
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                                                            Raíces de la UNRC (parte 6)
                                                                        —Llegó Lanuse y firmó la Ley— 
Estábamos en el año 1971, Argentina se encontraba trastocada en su sistema republicano y el país era gobernado por las Fuerzas Armadas que habían creado el “Estatuto de la Revolución Argentina”, con el cual habían desplazado la Constitución Nacional, se habían prohibido los partidos políticos. El Presidente de Facto fue el General Ongania, quien ya nos había visitado en 1970, anunciando “que era posible que tengáis universidad”,  lo cual creo  una esperanza significativa a todos los ciudadanos de Rio Cuarto y la región.
El Presidente de la Nación   a través del estatuto tenía plenitud de poderes,  este según sus “camaradas generales”, se excedió en sus acciones y atribuciones y no se sentía tan subordinado a quienes lo habían ungido con el cargo, por lo tanto fue depuesto por la Junta de Comandantes en Jefes, en su lugar lo reemplazó el General Roberto  Marcelo Levington el 18 de junio de 1970,  pero a su vez este último fue reemplazado el 26 de marzo de 1971 por el General Alejandro Agustín Lanuse,  quien además de asumir como Presidente de facto mantenía el cargo de Comandante en Jefe del Ejército, lo que indudablemente le daba cierta seguridad en la continuidad como jefe de estado.  
Verdaderamente existía una danza de generales en nuestra nación y el poder militar gobernaba con total autoritarismo, pero vale destacar que contaban con el apoyo de múltiples sectores de la sociedad argentina, como un gran sector de empresarios, gremios, sectores industriales,  en buena medida la Iglesia católica y muchos sindicatos, por lo tanto no estaban solas las Fuerzas Armadas, y también debemos ser sensatos, y recordar  que millones de argentinos aplaudieron en silencio la intervención de los militares,  pero indudablemente la constitución estaba pisoteada y la república no tenía división de poderes. 
Tampoco se puede ignorar que los tres generales presidentes que pasaron por aquella revolución argentina,  favorecieron  significativamente el proceso de creación de la Universidad de Río Cuarto, y no solamente lo favorecieron, sino que además lo impulsaron y defendieron. Levigton no fue un hombre con mucha actuación sobre este tema, pero tuvo una interesante intervención que vale la pena puntualizarla,  porque  protagonizó una reunión concreta y muy distendida el 26 de Enero de 1971 en la Presidencia de la Nación con los integrantes de la Comisión Pro Universidad que participaron de la misma, encontrándose presente en aquel decisivo encuentro:  el Ing. Alberto Lucchini, el Dr. Ricardo Martorelli, Sr. Jorge Harriague, Padre Miguel Gomila, Dr. Enrique Novo, Dr. Erve Barbero, Sr. Eliseo Sanchez, Sr. Víctor Yoma, Sr. Néstor Rojo, Sr, David Flores y una reducida delegación de estudiantes secundarios, todos fueron recibidos con gran consideración por el Presidente  en donde dio directivas precisas a los funcionarios responsables para acelerar al máximo el proceso administrativo, lo que permitió dos meses después anunciar desde el Ministerio de Educación de la Nación  la creación de la Universidad Nacional de Río Cuarto.
El gran objetivo se había logrado  los hombres de Río Cuarto que tramitaron tantas gestiones y sostuvieron tantos sueños se abrazaron emocionados hasta las lágrimas; no era para menos, la esperanza había florecido y la educación superior para los riocuartenses  era ahora una innegable  realidad. 
El primero de mayo de 1971  el avión presidencial “Patagonia” aterrizaba antes de la diez de la mañana en la pista del aeropuerto de Las Higueras,  venía el Presidente de la República  y toda la comitiva oficial  para firmar la ley de la creación de la Universidad en Río Cuarto. La mañana era lluviosa,  pero no fue causa para impedir que  miles de personas se concentraran  al costado de la ruta, desde el aeropuerto hasta el centro de la ciudad para vivar al presidente. 
La Plaza Olmos, tradicional lugar de concentración para pedir por la Universidad estaba abarrotada de público, dentro de ellos miles de estudiantes, empleados, obreros, gremios, empresarios, productores agropecuarios, comerciantes, maestros, trabajadores de la salud…todos habían copado la plaza. Río Cuarto estaba eufórico, se llevaba así adelante un nuevo “Plan Demostración”   y no era solamente gente de la ciudad, había gran cantidad de personas de localidades vecinas y de toda la región. Al paso de la caravana, Lanuse recibía vítores, flores y aplausos, la algarabía brotaba con gran espontaneidad y  por doquier, la ciudad estaba feliz e inundada de carteles que pedían por la Universidad y daban la bienvenida al presidente Lanuse.
El Presidente al arribar a las escalinatas del palacio de Mojica  entró acompañado por el intendente municipal Moisés Pérez  al despacho municipal y atendió algunas audiencias ya prevista, pero se impuso ser breve por la gran cantidad de gente que esperaba afuera y la lluvia por momentos era persistente;  alrededor de las 12:00 Hs. se ubicó el Presidente en el Palco Oficial que se había instalado sobre el primer piso del Palacio Municipal  y luego el locutor oficial de Radio del Estado, dio lectura para todo el país de   la ley 19020 recientemente firmada por el Presidente de la Nación donde quedaba creada la Universidad Nacional de Río Cuarto. 
Luego el presidente de la Comisión Pro Universidad Ingeniero Alberto Lucchini,  fue el único orador, excepto el presidente, que se refirió al tema en donde manifiesta entre otras cosas que “crear esta Universidad Nacional de Río Cuarto, significa fundamental inaugurar una nueva y trascendente etapa de la historia argentina…”  Posterior a las palabras del Ingeniero Lucchini  habló por unos quince minutos el Presidente Lanuse,  quien se refirió a la juventud, al potencial de la ciudad  y lo que venía realizando el gobierno de las Fuerzas Armadas. Terminada su alocución  fue recibido en el Salón Blanco de la municipalidad en donde se  ofreció  un vino de honor. 
 Así concluyó el popular y solemne acto de inauguración la Universidad Nacional de Río Cuarto; el gran instituto superior  quedó en marcha, pero no le faltaron momentos muy difíciles vinculados a las políticas del país que pusieron en peligro su continuidad, en donde para su defensa tuvo que intervenir con gran esfuerzo la Comisión Pro Universidad y el mismo General Perón desde España, tema que analizaremos  en la última entrega de este recorrido histórico por las raíces de la Universidad local.   

Walter Bonetto
07 de noviembre de 2015
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                                  Raíces de la Universidad Nacional de Río Cuarto (Parte  VII)
                                                  —Un contacto en Europa para llegar a Perón—

El Presidente Lanuse había llegado a Río Cuarto y firmó la ley 19020 donde creaba la Universidad Nacional,  trasmitiéndose  este acto en  directo para todo el país en cadena nacional desde esta misma ciudad   por LRA1, la radio del estado con sus locutores oficiales, se constituyó este acontecimiento en un acto muy relevante y trascendental para la ciudad y región.
En días sucesivos  La Comisión Pro Universidad siguió trabajando y se reúne el 19 de mayo en la Presidencia de la Nación con el Secretario Privado del Presidente, Señor Edgardo Sajón,  quien entrega en manos la “copia del presupuesto oficial aprobado”, la  que fue recibida por  Jorge  Arriague y Víctor Yoma. Esto se convierte en la luz verde para iniciar la gran obra que debía ponerse en marcha de manera inmediata porque la ley establecía que el 1 de enero de 1972  la Universidad de Río Cuarto debía iniciar  sus actividades.
Inmediatamente se comienza a trabajar para lograr  el espacio físico donde podía funcionar las instalaciones  para lo cual se llama a un “concurso público de oferta de donación”  para obtener el “Campus”.  En el Salón Blanco de la Municipalidad, el 8 de julio de 1971 en importante e histórica ceremonia se da apertura a las propuestas presentadas, resultando favorecida la sucesión Remo Re, que entrega en donación cien hectáreas  en donde se encuentran actualmente las instalaciones.
De manera casi inmediata se inicia la construcción de los primeros pabellones con techo metálico a dos aguas donde funcionarían las primeras aulas. Mientras se construían estas edificaciones, simultáneamente  se  comenzaban a  formar los jurados para concursos de docentes con académicos enviados por las universidades del país;  a la vez en Buenos Aires,  el Doctor Alberto Taquini,  redactaba el “plan de desarrollo”  en 8 tomos, estos   contenían todo el proyecto de gestación de la Universidad Nacional de Río Cuarto,  y en el mismo se establecía  que esta debía  comenzar a funcionar  el 1 de enero de 1972  con todo su claustro de profesores.
Meses antes  se iniciaron las clases preparatorias  que los futuros alumnos podían tomar  para rendir los exámenes  de ingresos, para esto se usaron las salas de  cines de la ciudad y algunas aulas de establecimientos educativos. Así fue como la universidad comienza a funcionar con 1.500 alumnos de los cuales alrededor de 400 de ellos provenían de la Universidad del Centro,  donde se le adecuó  un programa especial para reconocerle lo cursado a aquellos alumnos de aquel instituto superior que ahora era absorbido por la nueva casa de altos estudios.
Hubo un cambio de gobierno en Argentina, las Fuerzas Armadas entregan el poder  y el 25 de mayo de 1973, asumía como nuevo Presidente de los argentinos el Doctor Héctor José Cámpora,  en donde se había creado el slogan “Campora en el gobierno, Perón en el poder”, dado que este último aún estaba en España  y habían puesto condiciones de residencia estrictas,  que le imposibilitaba presentarse como candidato,  pero tenía total influencia sobre las autoridades  que asumían y se encontraba en gran medida disconforme  con jóvenes infiltrados de la izquierda combativa,  que para el gran líder no eran verdaderos peronistas. Dentro de esos jóvenes existió un grupo  en Buenos Aires con una clara intención de “cerrar inmediatamente la Universidad de Río Cuarto porque había sido creada durante la dictadura” y trabajaban para lograrlo. Aquellos jóvenes de izquierda no trabajaban solos, había en la misma ciudad gente que los alentaba  los cuales estaban en contra de la universidad como ya lo hemos expresado en notas anteriores.
El Ingeniero Roberto Huerta, por aquellos días  vivía en Buenos Aires,  estuvo advertido del letal peligro que sufría la Universidad de Río Cuarto y conocía el “plan de clausura” que estaban preparando,  entonces  trasmite  sobre esta situación    a los integrantes de la Comisión Pro Universidad para que tomaran en cuenta el alto riesgo,  en donde también   se decía que ya estaba en conocimiento del mismo Cámpora,  quien  prácticamente había consentido sobre una inmediata intervención y cierre. Estos hechos ocurrían unos días antes de su asunción como Presidente.
La Comisión Pro Universidad trabajó inmediatamente para lograr  lo que consideraban  una muy difícil salvación,  pero tenían que jugarse con mesura, y energía, todas las cartas. Víctor Yoma tenía un vínculo muy especial con el Doctor Arturo Frondizi,  el cual fue aprovechado,  con la anuencia de algunos  integrantes de la Comisión como el ingeniero Lucchini y el Doctor Martorelli,  se  acudió rápidamente  para buscar ayuda.
Dado que se pretendía que estas gestiones no tomaran estado público, todas estas gestiones fueron temas que se manejaron con mucha reserva y solamente algunos integrantes de la Comisión Pro Universidad las conocían.  Frondizi,  junto a su colaborador en educación, el Prof. Antonio Salonia,  se preocuparon  mucho cuando supieron lo que ocurría ante  lo mencionado por Yoma  y  prometieron dar todo el apoyo. Frondizi  dijo que hablaría con Perón en España para advertirlo de esta situación calamitosa,  pero además le prometió dar a Víctor Yoma la dirección de un hombre que vivía en Roma  y por la afinidad constante con Perón iba a poder ayudar  para conocer básicamente quien sería nombradas  como autoridades del  Ministerio de Educación y cuando se conociera esto de boca de Perón,  se llevaría la inquietud para defender la Universidad de Río Cuarto a los fines de que no sea cerrada.
A los pocos días Víctor Yoma  recibe  los datos del doctor Frondizi y toma nota de los mismos  registrándolos prolijamente  en su agenda: Vía Giulio Aristide Sartorio, 90, Roma,   además toma el código postal y el teléfono 5136260   y pregunta: ¿quién es este señor? : Frondizi le dice  “este señor es el contacto confiable con Perón que lo va a atender a usted y lo va a ayudar cundo lo llame, se llama:  Giancarlo Elia Valori,  y es  su contacto a llamar”. Valori   era un  destacado y muy influyente dirigente empresarial con importante vinculación política y también con el mismo maestro de la logia P2 Licio Gelli.  Valori se ocupó sobre este tema cuando recibe la llamada de Víctor Yoma lo cual narraremos los detalles en la próxima y última entrega.


Walter Bonetto
02 de diciembre de 2015
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Raíces de la Universidad Nacional de Río Cuarto (Parte  VIII)
                                                       —Los pasos finales—

No fue tan sencillo el enlace telefónico  con Europa, para que   Víctor Yoma se pudiera comunicar desde su domicilio particular de barrio Avilene  con el empresario Giancarlo Elia Valori. Buscó la hora prudente, que  en Río Cuarto eran las cuatro de mañana, realizó varios intentos y en los primeros no obtuvo resultados, se daba cuenta que el teléfono sonaba pero no había repuesta, al tercer día de insistir,   la mucama lo atendió y él con un mínimo de italiano, se pudo hacer entender  que era  de Argentina y que precisaba hablar con el señor Valori; la mujer le explicaba  que el señor   no estaba en ese momento,  pero que intentara llamar en el mismo horario al día siguiente y que ella le iba advertir del llamado; al otro día, nuevamente la mucama lo atendió y al instante lo comunicó con Valori.  Este le preguntó si llamaba de parte del doctor Frondizi, al recibir la afirmativa, inmediatamente  le dio la información de lo que había hablado con Perón personalmente en Madrid la semana anterior, en base lo que le había pedido el doctor Frondizi. Unos segundos de pausa en la conversación y luego   le pidió que tomara nota, dado que le adelantaría   tres nombres, de los cuales uno de ellos con seguridad  sería el Ministro de Educación que designaría el doctor Campora al asumir la presidencia. “Estoy atentamente tomando nota”  contestó expectante Víctor Yoma.
Valori hablaba con bastante fluidez el castellano  y le pregunta nuevamente si estaba tomando nota para luego decirle, las tres personas son: “El doctor. Raúl Matera;  el doctor Leopoldo Frenkel y el doctor Jorge Taina; una de estas tres personas será el nuevo Ministro de Educación en Argentina y esto es todo lo que puedo hacer por ustedes. Le pido que se manejen con absoluta reserva y prudencia  porque es información exclusiva del General  Perón”, concluyó Valori.  Víctor Yoma le aseguró que cumpliría fielmente  con  lo pedido y le agradeció profundamente la información. Terminó así la comunicación con Roma.
Ahora la comisión Pro Universidad  había logrado el objetivó valioso y estratégico  de conocer de antemano quien iba  ser designado Ministro de Educación de Campora. Como la información era muy reservada  solamente el Ingeniero Lucchini  fue informado por Yoma y luego también fue informado Jorge Harriagui.
A primera hora del segundo día siguiente de haber logrado esta información, Yoma,  se comunica con Raúl Roca,  influyente gremialista que era el Secretario General de ATRA y delegado en Buenos Aires de la Comisión Pro Universidad, le transmite todo lo hablado con Giancarlo Elia Valori, y Roca, hombre  de gran influencia en el movimiento peronista vinculado por aquellos días  a las altas esferas de los dirigentes, coordina  con la más absoluta reserva y sin mayores inconvenientes las entrevistas  con los tres doctores en el mismo día, aunque en distintos horarios y lugares.
Viajan a Buenos Aires  Lucchini , Yoma y Jorge Harriagui, allá se reúnen con Roca  que además de esperarlo ya tenía todo organizado. El primero que los atendió fue el Dr. Matera,  quien los recibe en su sanatorio, luego de terminar de visitar a sus pacientes les dedicó un tiempo muy amplio  y se interesó mucho al oírlos cuando le exponían el problema y fueron muy directos al indicarle que había amenazas de que al asumir el doctor Campora, se podía cerrar la Universidad de Río Cuarto, la cual venía funcionando con  tres mil alumnos. Se vio sorprendido Matera y les aseguró que si era él quien asumía como Ministro seguramente que eso no ocurriría. Se quedó con documentación y fotografías de la universidad y los despidió con gran cordialidad  y promesas de que se ocuparía de este tema.
Terminada la entrevista se dirigieron inmediatamente a ver al doctor Leopoldo Frenkel, quien también los atendió con cordialidad, pero fue más pragmático y menos expresivo,   recibió toda la documentación, aunque no dio ninguna definición concreta, pero prometió estar en contacto con ellos.  Al final fueron a ver al  doctor Taina, quien le abrió la puerta de su casa y los atendió con gran consideración, luego de escucharlos y hacerles varias preguntas,  les prometió que se iba a ocupar muy puntualmente del tema, haría todo lo que este a su alcance para ayudarlos  y que si  era designado Ministro,  aseguró que la universidad  no se cerraría. También les dijo  que conocía y apoyaba la labor del doctor Alberto Taquini, vinculada a la creación de universidades. El doctor  Taina, le preguntó al Ingeniero Lucchini, ¿por qué no era él, el rector de la Universidad?, se le explicó muy concretamente que la Comisión Pro Universidad tenía como objetivo fundamental crear y organizar la misma para luego retirarse  y ningún miembro de la comisión debía ocupar cargos permanentes.
Luego de esta entrevista también la comisión  logra reunirse con el doctor Solano Lima,   que era el vicepresidente  que encabezaba la formula con  Campora, el futuro vicepresidente atendió con excelente predisposición  la ponencia de la Comisión Pro Universidad  sobre la defensa de la misma y aseguró  que no se iba a permitir su cierre.
Al final el doctor Jorge Taina, fue el Ministro de Educación  y durante su gestión nada le ocurrió a la universidad, aunque presiones internas y externas no faltaron  la que pretendía lograr el cierre por haber sido creada en la dictadura.
Muchas personas trabajaron denodadamente para mantener la bandera de conquista de la universidad para Río Cuarto, más allá de los tiempos políticos que el país vivía. El esfuerzo valió la pena, la educación superior ganó  amplitud y jerarquía indiscutible que permitió desarrollar y hacer crecer a la ciudad y región, siendo un motivo de orgullo por la cantidad de profesionales de excelencia que se formaron y se siguen formando en sus distintas facultades. Lamentablemente los avatares políticos se sucedieron porque nunca faltan los intereses mezquinos y muchos de ellos afectaron el desenvolvimiento de la Universidad Nacional de Río Cuarto, pero aquella universidad soñada por el doctor Taquini  en la Finca de Samay Huasi, en la Rioja, en un simposio de académicos que trabajaban por un país mejor  y traída la idea a Río Cuarto casi por casualidad  por el Vicecomodoro  Raúl Boheler, y la tesonera y ejemplar  labor de todos los integrantes de la Comisión Pro Universidad, lograron   una indiscutible realidad  que le dio y le sigue dando grandeza  a nuestra nación.

Walter Bonetto
12 de diciembre de 2015
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